Si todos fuéramos iguales, el mundo dejaría de estar en equilibrio y esto es algo que aquellos que son inteligentes tienen muy claro; son astutos al lidiar con quienes no les agradan y aún así, no parecer groseros al emitir comentarios.
Generalmente, las personas inteligentes tratan igual a quienes no lo son, porque saben que de todos tienen algo qué aprender y existen razones de peso para ello.
1. Todos somos importantes
Quienes son inteligentes saben a la perfección que no todos somos iguales, y que aquellos que no son tan inteligentes, probablemente tengan también ese algo en el que son realmente buenos.
2. Son muy diplomáticos
Cada persona tiene la libertad de hacer lo que quiera, y aunque aquello que realice sea algo que consideremos bobo, no hay inteligencia en prestarle más importancia que a nuestros propios asuntos. Cuando lo indeseable cruce la línea por los demás, es cuando inmediatamente debe existir una distancia.
3. No esperan nada de nadie
Las personas inteligentes no esperan nada de nadie y aún así se sorprenden por cada personalidad de cada persona con quien tratan.
4. Son pacientes
La persona inteligente intenta ayudar al otro al señalar realidades y cualidades, además de comentarlas porque sabe que puede ser benéfico para ambos.
5. Se comunican
Al abrir la comunicación, existe la posibilidad de conocer a la otra persona y quizá entender por qué es de esa forma y en el mejor de los casos se tendrá un intercambio de pensamientos que enriquecerán la relación.