Desplazarse para cambiar de entorno y conocer un lugar diferente representa un reto intimidante y una experiencia muy satisfactoria a la vez. Viajar sola es una gran oportunidad de encontrarte a ti misma, con experiencias a la vuelta de cada esquina.
Si es la primera vez que viajas sola o aún no te decides a hacerlo, te compartimos algunas de las cosas que puedes aprender mientras exploras el mundo de posibilidades que se abren ante ti cuando viajas.
1. Es la mejor manera de conocerte
Cuando viajas por tu cuenta dependes totalmente de ti misma. Conoces personas geniales pero siempre eres tú primero, lo que significa que siempre debes hacer las cosas exactamente como quieres a pesar de las opiniones ajenas. Las decisiones que tomas y la manera en que respondes a los retos te mostrarán mucho acerca de tus cualidades, fortalezas, debilidades, y sobre tu propia naturaleza.
2. Tomas tus propias decisiones
Puede ser que no te des cuenta cuantas de que las decisiones que tomas en la vida son una forma de compromiso. Nos comprometemos con nuestra carrera o con la forma en que pasamos el tiempo y con quién lo hacemos. Uno de los aspectos más increíbles de viajar sola es que nunca tienes que comprometerte con nada, simplemente haces lo que realmente quieres hacer. Es tu vida, es tu viaje.
Viajar sola te enseña que la vida no tiene que ser un compromiso y que todos tenemos la libertad y flexibilidad de elegir cómo la vivimos.
3. Aprendes a ser agradecida por los nuevos amigos
Es muy común y sucede de la forma menos esperada. Quizá alguien a quien detuviste en la calle para pedir información se ofrecerá para acompañarte al lugar que buscabas para comer y antes de que te enteres ya estarán intercambiando historias sobre sus lugares de origen y conversando.
4. Y por los pequeños actos de bondad
Nunca sabrás cuando llegarán, pero es seguro que simplemente suceden. Cuando pareces terriblemente perdida y alguien se detiene para ayudarte a encontrar lo que buscas. O cuando una linda familia te ofrece una rica comida con sabor de hogar. Los pequeños actos de bondad tienen mucho más peso cuando te encuentras en un lugar nuevo, y restauran tu fe en la humanidad.
5. Logras nuevos niveles de apertura mental
Sin la presión de alguien más, eres totalmente libre de experimentar cosas nuevas que de otra forma no harías. Puedes atreverte sin miedo de ser juzgada. Puedes hacer lo que siempre dijiste que harías cuando tuvieras tiempo. Independientemente de lo que sea, tendrás la oportunidad de elegir por ti misma.
6. También nuevos niveles de humildad
Es muy probable que te des cuenta que muchas veces necesitas ayuda, y que tu corazón puede conmoverse con los rostros sonrientes de quienes viven en condiciones difíciles, o simplemente cuando entiendes cuan grande y diverso es nuestro planeta.
Viajar es en sí una enorme experiencia de humildad.
7. Finalmente sabes quién eres cuando nadie te ve
Y rápidamente entiendes que esa persona es quien realmente quieres ser. Nunca sabes eso hasta que no hay nadie alrededor para verlo.
8. Aprendes a confiar en ti
Tus instintos e intuición son puestos a prueba más de una vez cuando viajas sola, al grado que hay momentos en los que eso es todo en lo que puedes apoyarte. Pero cada día ganarás más confianza al ver de todo lo que eres capaz.
9. La ficción no es igual a la realidad
No, probablemente no te den muchas ganas de sentarte en la barra a pedir martinis hasta que seas la más popular del bar. Y no, probablemente no te tocará el asiento en el avión justo al lado del chico que será tu futuro marido. Pero pase lo que pase, será mucho mejor que la ficción.
Aunque no lo creas, dormir encima de tu maleta la noche entera en la estación de tren, sentir que mueres porque de pronto no encuentras tu pasaporte, tanto como poder tomar un baño de burbujas mientras miras el Pacífico o cantar hasta el amanecer con una banda de músicos callejeros es genial y es real. Eso es vida.
10. Viajar inspira
Todos deberíamos hacerlo en algún momento de nuestra vida, porque representa la oportunidad de enfrentar un gran reto y crecer en una manera única y poderosa a la vez. Además, no hay mejor momento para encontrar inspiración que el camino, ya sea en el trayecto entre un lugar y otro o en la quietud de tu habitación. Respira profundo y déjate llevar.