Aprender a vivir no es fácil. Nadie nos enseña, ni nos dice cómo hacerlo. Tal vez, en el camino encontremos personas que nos orienten acerca de cómo hacer que las cosas sean mejor, pero como dicen por ahí: ‘nadie aprende en cabeza ajena’. La única manera de entender las cosas es viviéndolas uno mismo.
Sólo aprendemos de una manera, a base de experiencias. La vida nos da lecciones cada día, algunas veces nos cuesta trabajo aprenderlas, y otras lo hacemos rápidamente, al final lo que obtendremos es madurez y sabiduría. Nunca dejamos de aprender y está es la lección que hoy en día la vida me está enseñando:
1. Estoy aprendiendo a no forzar las cosas
Estoy aprendiendo a dejar que las cosas fluyan por sí solas, dejar que sea lo que la vida quiera y que lleguen en el momento adecuado. Estoy dejando que el universo se alinee a mi favor y las cosas sucedan cuando tengan que suceder. Estoy aprendiendo que si corro tras de algo es porque ese algo no debe estar en mi vida, no quiere ser atrapado, no quiere tocar mi puerta, por lo tanto no es para mí.
Estoy aprendiendo a no ir contra la corriente, eso es cansado y me está haciendo perder valioso tiempo que puedo invertir en las cosas que hoy tengo. No quiere decir que sea pasiva y vaya por la vida sólo por ir, o que no tenga anhelos, metas y sueños que quiero alcanzar; sólo estoy aprendiendo que hay batallas que no merecen la pena pelear, pues desde un principio están perdidas. Si algo es para mí lo será aunque me quite, y si no es para mí no lo será aunque me ponga.
2. Estoy aprendiendo a dejar que el amor me encuentre
Estoy aprendiendo a dejar de buscar señales en donde no las hay. Ha dejar de decodificar mensajes para ver si hay algo oculto. Estoy aprendiendo a esperar el mensaje claro, obvio y fácil de entender. Un mensaje que no me hará quedarme con dudas de si lo estoy interpretando bien o mal.
Estoy aprendiendo a dejar que las personas que no quieren estar en mi vida se vayan y que cierren la puerta al salir, porque no quiero visitantes de un ratito, no quiero compartir mi cama ni mi vida con alguien que sólo quiera estar por temporadas, no quiero compartir mi corazón con alguien que no esté dispuesto a cuidarlo y protegerlo. Estoy aprendiendo a dejar ir amores fugaces. A dejar que el verdadero amor me encuentre cuando esté preparada, y que ese amor sea simple, mutuo y muy apasionado.
3. Estoy aprendiendo a desarrollar la paciencia conmigo misma
Estoy aprendiendo a llevarme con calma la vida, a vivir sin prisas, a saber esperar las cosas. Estoy aprendiendo a ser amable conmigo misma, a no juzgarme cuando tropiezo, a ser paciente y esperar a que mis sueños se hagan realidad. Estoy aprendiendo a perdonarme, a no culparme por mis errores y aceptar que son experiencias y no etiquetas que marcarán mi vida. Estoy aprendiendo a dejar el pasado atrás, a no seguir cargando las cosas que hice mal anteriormente. Estoy aprendiendo a aceptar que me equivoco, que las cosas me pueden salir mal pero que puedo aprender de ello.
Estoy aceptando la sabiduría que llega tras cada error, pues sé que sólo así habrá valido la pena equivocarme. Estoy aprendiendo que los errores sólo ocurren cuando forzamos las cosas, cuando nos aferramos a algo que no es para nosotros y tratamos de conseguir a toda costa algo que no deberíamos tener. Estoy conociendo la paciencia en mi vida, paciencia para aceptar las cosas que la vida tiene para ofrecerme y para no aferrarme a lo que no es para mí.
4. Estoy aprendiendo a dejar de controlar mi vida
Estoy aprendiendo que está bien sentirse perdida por un momento, está bien no estar en donde quiero estar, está bien no tener las respuestas a todo, está bien no saber qué será de mi vida. Estoy aprendiendo a dejar que la vida fluya, que siga su curso, que vaya a donde tenga que ir. Estoy aprendiendo a aceptar que no siempre puedo conseguir lo que quiero, pero que tengo lo que necesito. Estoy aprendiendo a tratar la vida como si fuera mi amiga: a entenderla, a aceptarla, a amarla incluso cuando me esté hartando, a valorar cada experiencia que he compartido junto a ella, a apreciar los recuerdos que me ha dejado, las risas, el llanto, y todo lo que hemos vivido juntas. Estoy aprendiendo que la vida no es mi enemiga, no está en contra mía.
Estoy aprendiendo a no aferrarme a las cosas ni a la situaciones, a vivir un día a la vez, a no preocuparme por el mañana y a no afanarme por el ayer, simplemente disfrutar el presente. Estoy aprendiendo que la vida es una gran incógnita que debo ir descubriendo día a día. Estoy aprendiendo a aceptar que habrá días buenos y días malos, pero que al final cada uno deja una enseñanza. Estoy aprendiendo a que la vida me mueve no me para. Estoy aprendiendo a que madurar no se trata de edad si no de experiencias vividas. Estoy aprendiendo a vivir. Estoy aprendiendo a ser feliz.