¿Qué es ser madura? Madurar no tiene nada que ver con la edad, se puede ser una mujer de 40 años y aún así tener la mentalidad de una adolescente; o caso contrario, puedes ser una chica de 20 años y tener la madurez de alguien mayor.
Erróneamente, muchos creen que madurar quiere decir que se ha alcanzado la perfección, que ya no está permitido equivocarse y las cosas siempre deben hacerse correctamente, pero no es así. Madurar es tener paz espiritual, es permitirte equivocarte y aprender de tus errores, es seguir en crecimiento día con día, es entender las maravillas de la vida, es aventurarte y hacerle frente a las consecuencias; madurar es entender quién eres y aceptarte tal cuál. Estas son las cosas que debes dejar atrás cuando eres una mujer madura.
1. A lo que tus padres esperaban de ti
Cuando eres joven y vives con tus padres, ellos crean altas expectativas de ti. Desde la carrera que vas a estudiar hasta tus preferencias sexuales. Cuando maduras es momento de cumplir tus propias expectativas, perseguir tus sueños y hacer lo que te hace feliz, no lo que los demás esperan de ti.
2. A la moda
Dicen por ahí que: ‘de la moda, lo que te acomoda’. Tal vez la última tendencia de la moda no va con el tipo de cuerpo que tienes, o simplemente no te gusta. Madurar significa dejar de preocuparte por eso, seguir tu estilo y vestirte con lo que te hace sentir bien.
3. A tu ex
Madurar es controlar las ansias de hablar con tu ex cada vez que lo extrañas. Ya no necesitas estar en contacto con él, y entiendes que si su relación acabó fue lo mejor.
4. A no decir lo que deseas
Cuando aún no te aceptas tal cuál eres prefieres tener intimidad con la luz apagada y ser recatada. Pero cuando sabes quién eres y te aceptas así, no tienes ningún problema por mostrarte ante tu pareja. Te concentras en disfrutar el momento con toda la pasión necesaria.
5. A lo que los demás opinen
La gente siempre hablará de ti, eso lo has entendido bien. Pero sabes que ya no importa lo que los demás opinen, sólo te importa hacer lo que te hace feliz y disfrutar la vida como quieres. Al final las personas que realmente te importan nunca hablarán mal de ti.
6. A callarte las cosas que realmente quieres decir
Las personas que se guardan las cosas terminan por amargarse. Tú sabes que lo mejor es decir lo que sientes, sea bueno o malo. Claro, todo con el debido respeto, sin afán de ofender a alguien y afrontando las consecuencias que puedan traer tus palabras.
7. A las personas que intoxican tu vida
Tal vez antes no creías que había personas que intoxicaban tu vida, pero ahora has comprendido que esa persona que sólo te busca por interés, la amiga que habla mal de ti, las personas que se quejan por todo, o quien te hace sentir mal, sólo están dañándote y no merecen un lugar en tu vida; realmente esas personas nunca han aportado nada bueno y siempre te dejan con un dolor de cabeza, así que es mejor mantenerte alejada de ellas.
8. A creer que equivocarte es lo mismo que fracasar
Ahora sabes que los errores son necesarios para aprender. Ya no tienes miedo a equivocarte, porque cada mala experiencia te hace una mujer más fuerte y madura.
9. A la talla ideal
La mayoría de las mujeres siempre están buscando tener el cuerpo perfecto. Tú has entendido que eso no es posible, y que vales mucho más que una talla chica o una copa C. No eres una modelo, eres una mujer que ama su cuerpo tal cuál es.
10. A la sensatez
Muchos creen que madurar es ser prudente y aburrido, pero no; madurar es darte cuenta que no hay ningún problema si haces el ridículo mientras seas feliz y disfrutes la vida al máximo.
11. A arrepentirte de lo que ya pasó
El pasado sólo tiene un lugar: atrás. Lo que hiciste ya no puede cambiar, así que has dejado de preocuparte por eso. Has entendido que el pasado sólo es un freno que no te permite seguir avanzando.
12. A trabajar sólo por dinero
Has comprendido que un trabajo no se trata sólo de cuánto se te remunere económicamente, si no de la experiencia, la felicidad y la pasión que aporta a tu vida. Ahora es más importante hacer lo que te gusta y ser mejor cada día.
13. A ir de fiesta en fiesta ligando
Antes creías que el mejor lugar para conseguir pareja era una fiesta, así que no te importaba que tan cansada estabas, nunca te negabas a una. Ahora has entendido que el hombre que quieres en tu vida no es la clase de chicos que se consiguen en una borrachera.
14. A las peleas con tus padres
Cuando somos adolescentes pelear con nuestros padres es normal, pero al madurar entendemos que esos seres son humanos como cualquier otro y tienen errores, pero aún así siempre han hecho hasta lo imposible por darnos lo mejor. Ahora entiendes que ningún pequeño problema vale la pena para arruinar la relación que tienes con esos dos seres maravillosos que llamas papás.
15. A tener envidia de otras mujeres
Ya no envidias ni el cuerpo, ni el novio, ni la vida de otras mujeres. Tú amas tu vida y eso te hace feliz. Nada es motivo de celos y envidia porque tienes lo necesario para estar bien contigo misma. Tal vez las otras personas pueden envidiar algo de ti pero eso no te preocupa para nada.
16. A suplicar amor
Cuando alguien te rechaza en cuestiones del amor, lo aceptas y te retiras con dignidad. Sabes que tu vida no se acabará ahí y que nadie merece tus ruegos. Quien quiera estar a tu lado lo estará por gusto y no porque tú se lo pediste.
17. A ser complaciente con los demás
Definitivamente madurar es ponerte en primer lugar a ti y a tus necesidades. Eres capaz de tomar decisiones que te favorezcan a ti, claro, sin herir susceptibilidades. Aún te preocupas por la gente que te importa, pero eso no significa que harás lo que ellos quieren.
18. A gastar tu dinero en fiestas
Ya no es importante acabarte todo el alcohol del mundo en una sola noche y ver cuantos chicos puedes ligar en ese estado. Has entendido que las fiestas y el sexo casual no son necesarios en tu vida, ahora hay cosas más importantes.
19. A enojarte por cosas innecesarias
Enojarse está bien, siempre y cuando sea por una razón que valga la pena. Los típicos berrinches de adolescente ya no tienen lugar en tu vida. Además cuando te molesta algo sabes expresarlo de forma correcta y no esperas a que los demás adivinen el porqué de tu enojo.