Estoy a punto de cumplir 25 años y me siento bien de estar perdida y sin ningún tipo de preocupaciones. Cualquier edad es adecuada para perder el rumbo por un momento. Los 25 son la edad perfecta para empezar a buscar en tu vida más profundamente que nunca.
El viaje de la vida no es, y nunca será, fácil. Siempre cometerás errores. Puede que ahora mismo estés cometiendo uno y seguramente lo seguirás haciendo en un futuro. Pero lo que realmente importa es el aprendizaje que adquieres al final del día. Estas son 11 cosas que debes recordad si te estás volviendo loca por cumplir 25:
1. La edad es sólo un número
Cuando se trata de vivir, la calidad es mucho más importante que la cantidad. No importa todo lo que tengo en mi vida, a pesar de que he tomado algunas malas decisiones, aún se siente bien perder a veces. Cuando digo que me siento perdida, no me refiero a que me siento abandonada y sin rumbo. Es como encontrarse a sí mismo en un mundo en el que no esperas nada.
Está bien si mis relaciones personales a veces fracasan. Sé que tengo un excelente trabajo pero eso no lo es todo. Es mucho más importante conectarme con mi yo interior para así obtener una mejor calidad de vida.
2. Es bueno para la salud perderse
A pesar de que puedo ser buena persona y trato de ver el lado positivo de las cosas la mayor parte del tiempo, me siento perdida en un mundo donde todo parece oscuro y sin valor. Esto sucede porque conforme pasa el tiempo, nos olvidamos de cómo vivir. Enfrentamos un montón de obstáculos cada día, tanto personal como profesionalmente; pero al fina del día son esos obstáculos los que te permiten darte cuenta de lo capaz que eres para manejar una situación. Es así como comenzamos a hacernos fuertes.
3. Eres muy importante
Tener un trabajo estable y una vida tranquila, rodeada de gente en la que confías, es muy importante. Pero, conforme la vida avanza, te darás cuenta que la única persona que puede salvarte del mundo eres tú misma. Está bien sentirse perdida y experimentar ese lado oscuro de la vida; sin embargo, tienes el poder de recuperarte y salir adelante cuando lo desees.
4. Las inseguridades son más comunes de lo que crees
Erróneamente creemos que al crecer las inseguridades de adolescente se irán, pero no. Con casi 25, siento que la lucha es contra mí misma y no con los demás. Hay varias tormentas que causan dolor en nuestro corazón. Pasar de una inseguridad a una impulsividad es algo que forma parte de nuestra vida cotidiana a esta edad. A esta edad lo único que necesitas es tener a personas que sólo quieran sentarse a tu lado y escuchar lo que tienes por decir. No necesitas a alguien que quiera pintar tu día de color, sólo a alguien que enfrente contigo las nubes negras.
5. Las malas relaciones también son buenas
No es masoquismo. Es bueno tener gente positiva a tu alrededor, y relacionarte con personas que aporten cosas buenas a tu vida. Pero debes entender que no todas las relaciones serán así. En algún momento te encontrarás con una relación que vaya directo al fracaso y eso te enseñará a esforzarte cada día.
No es necesario que todas las relaciones funcionen. Cada persona que llega a tu vida es como un maestro que sólo se presenta para darte una lección. Algunas lecciones se aprenden con amor y otras se aprenden con golpes duros.
6. Perseguimos la realidad con sueños
Los 20 son, indicutiblemente, el período más complicado de nuestra vida. Lidiamos con todo al mismo tiempo, desde elegir una buena carrera hasta encontrar a la pareja correcta. Persigo cuentos de hadas en mi futuro, pero todo el panorama cambia cuando mis sueños se encuentran con la realidad. El juego de perseguir gente o cosas puede hacer miserable nuestra vida.
7. La belleza está en todas partes
Con frecuencia consigo lo que quiero, pero la mayoría de las veces me siento insatisfecha e infeliz. Esto se debe a que olvidamos que es más importante encontrarnos a nosotros mismos que encontrar una oportunidad o una pareja. No es malo sentirse perdida. De hecho, cuando te pierdes te encuentras más cerca de tu yo interno y es entonces, cuando descubres la belleza del universo.
8. Las cargas son una parte integral de la vida
Compartir tus sentimientos reduce la mitad de tu carga y hace que te sientas mucho más cómoda y segura con tus propias emociones. Siempre trata de abrirte con la persona que es importante para ti respecto a lo que estás pensando y sintiendo. Atesora a tus amigos y familia. Ellos probablemente no te entiendan, pero serán una gran compañía durante los días difíciles.
9. La vida no está diseñada para ser lineal
Lo que sucede entre el corazón y la mente es muy confuso. Lo más importante para tener una vida feliz es encontrar el equilibrio entre los dos. Es completamente aceptable tener emociones negativas durante los malos momentos, pero es más importante reconocer esos pensamientos para mantener en el rumbo correcto durante este viaje.
10. Las cosas se complican
A veces nada está mal en el exterior, pero aún así te sientes triste y destrozada porque sientes que tienes una vida aburrida. Todos necesitamos un poco de diversión para hacer nuestra vida divertida y menos estresante. Puedes pasar algún tiempo con algún pequeño, pues te enseñará a tener una actitud positiva hacia la vida.
11. La envida es clave para el crecimiento
Las personas que nos rodean pueden estar ganando mucho dinero y gastarlo en lujos, pero no es necesario que todos nos sintamos bien con cosas materiales. A veces, sentarte en una colina, junto a la persona que amas puede ser la mejor experiencia que tengas en tu vida.
A veces, es bueno envidiar otras cosas para encontrar nuestra propia satisfacción. Trabaja duro, pero toma un descanso y desconéctate del mundo siempre que lo necesites.
Siempre es difícil encontrar tu propio lugar en el mundo, pero vale la pena al final del viaje. Todos estamos aquí para disfrutar la vida y dar lo mejor. No hay nada de malo en sentirte perdida, pero siempre debes hacer todo lo posible por salir adelante de aquellas situaciones que te hacen sentir sin esperanza.