Todos sabemos que la educación inicia en el hogar, pues nuestros padres nos enseñaron todas las formas de comportarnos, aunque algunas las cuestionemos cuando las comparamos con las de nuestros amigos.
Hay algunas cosas que únicamente los que crecimos en un hogar en donde las reglas y los padres eran estrictos, podemos entender y que en una de esas hasta replicamos cuando ya tenemos nuestra familia.
1. Regresar temprano
Siempre fuiste la primera persona que tenían que llevar a su casa cuando salías con tus amigos.
2. Quedarse a dormir era como tramitar una visa
Pedir permiso para quedarte a dormir en casa de una amiga implicaba más de dos días de preparación para saber qué decir y cómo decirlo, además de presentarles tus papás a tu amiga, a su familia y casi casi firmar un contrato en el que se establecían las cláusulas de responsabilidades.
3. No existía el concepto de permiso inmediato
Si salía un plan para ese día o noche, era imposible participar en él. Recuerda, eran más de dos días para preparar el cómo, dónde, cuándo, por qué y con quién.
4. Había ensayos generales
Practicabas en tu cuarto la forma de pedirles permiso y también considerabas las posibles preguntas y respuestas que surgirían.
5. Tenías que encontrar el momento
Tenías que esperar el momento adecuado para pedir permiso, estar al tanto de que estuvieran de buen humor y hasta un poco distraídos. También tuviste que esperar hasta que estaban de buen humor antes de pedir nada.
6. A veces servía el chantaje sentimental
Ponías la mirada del cachorro herido y suspirabas diciendo: “no importa … vas a decir que no de todos modos”, para obtener la simpatía de tus padres antes de pedir un gran favor.
7. Solo había una oportunidad para preguntar
Si a lo que preguntabas le seguía un no, era innecesario que tus amigas intentaran preguntar de nuevo; seguiría siendo no.
8. Un permiso a la vez
Siempre tenías que elegir entre salir el viernes o el sábado por la noche porque no había manera de que consiguieras permisos consecutivos.
9. Sabías lo que era sentir pánico
Sí, el pánico puro que se sentías cuando tus amigas no se ponían de acuerdo y cambiaban los planes una y otra vez y tenías que comentarlo a tus padres.
10. No había lenguaje altisonante
Las maldiciones las escuchaste de tus amigas o en la calle, pero nunca en casa y ni pensar en que las mencionaras frente a tu familia.
11. “La charla” fue incómoda
Probablemente hablar de sexo fue solo como un requisito en tu formación, pero lo más seguro es que te dieron un libro en el que tuviste que averiguarlo.
12. Nunca tuviste novio
Las conversaciones a la mesa eran sobre la escuela y los sucesos familiares, no se hablaba sobre tu vida amorosa y, por lo que respecta a tus padres, no tenías una.
13. Ve a cambiarte
Fue una frase usada de forma continua a partir de tu adolescencia y era por el largo de la falda, del escote o por cómo querías salir vestida.
14. Primero se congela el infierno
Un tatuaje, una perforación o un color de cabello poco convencional no eran opciones; es más, ni pensabas en pedir permiso para hacértelos.
15. Solo clasificación A
Cambiabas rápidamente de canal cuando estabas viendo algún programa de televisión que implicaba besos o algo más allá.
16. Chaperones garantizados
Alguno de tus padres, o ambos, se anotaban para participar en alguna actividad extraescolar.
17. Los modales lo eran todo
Sobre todo si tenían que ver con el cómo sentarse a la mesa o cómo comportarse en las casas que visitaban y siempre tenías que repetir las tres frases indispensables: “por favor”, “gracias”, “de nada”.
18. Planeabas la rebelión
Muchas veces pasó por tu mente romper algunas reglas, incluso ahora lo haces cuando vas de sandalias a donde tienes que llevar zapatos o dejando abierta la puerta que normalmente está cerrada.
19. Responder inmediatamente a sus llamados
Ya fuera por mensaje o en una llamada, no había excusa para que no respondieras de forma inmediata.
20. Miradas efectivas
Con solo una mirada, tus padres podían hacer que el mundo temblara o que tú guardaras silencio y entendieras perfectamente lo que debías hacer.