Cuando eres la menor de la familia, no sólo debes escuchar opiniones y consejos de tus padres, también de tus hermanos mayores. Y es casi seguro que has pasado media vida reclamando que todos se sintieran con derecho a mandarte o a tratarte como un bebé.
Pero como la moneda tiene dos caras, ser la hermana mayor también tiene sus implicaciones, y no todo el tiempo fue fácil. Hay muchas cosas que ha enfrentado y que seguro no te ha dicho; como esto que te presentamos a continuación.
1. No le cayó en gracia que nacieras
Por lo menos al principio y todavía unos años después.
2. Su formación fue más estricta
Durante algún tiempo ella fue hija única. Tus padres en realidad no estaban muy seguros de lo que estaban haciendo al educarla, por lo que la protegieron más de lo normal y creció con normas muy estrictas. Cuando llegaste a la familia ellos ya habían aprendido muchas más cosas y se habían vuelto más relajados.
3. Te hacía decir groserías o frases raras que no entendías
Tenía el gen maligno.
4. Siempre ha escuchado: “eres la mayor”
Y eso implica presión y una enorme carga porque las expectativas hacia ella son muy altas; se supone que debe ser el ejemplo todo el tiempo y desde pequeña conoce el significado de responsabilidad, sin mencionar que durante mucho tiempo tuvo toda la atención de sus padres sobre ella.
5. Tu llegada cambió todo
Y ella maduró por el simple hecho de comenzar a cuidar de ti, aunque jamás lo acepte.
6. Tuvo que cumplir muchos roles
Hermana, niñera, guardaespaldas, maestra y amiga; y no siempre sabía lo que hacía. Fue tu principal protectora cuando alguien intentaba sobrepasarse
7. Sólo quería ser buen ejemplo
Tu hermana fue forzada a actuar de una forma más madura que otros niños de su edad, así que terminó por tomar conciencia de sus elecciones y actos porque sabía que siempre la seguirías.
8. Aprendió a lidiar con tu mal humor
Cuando ella tenía problemas o situaciones complicadas, aprendió a lidiar con ellos sola; y cuando trataba de ayudarte y compartir sus experiencias, no siempre lo tomabas de buena manera y te ponías irritable y de malas. Ella procuraba no poner atención a eso y continuaba protegiéndote.
9. Probó contigo
En realidad siempre fuiste su conejillo de indias y uso cualquier truco de maquillaje y peinados que aprendía antes de hacerlo ella misma. Ni tus cejas se salvaron.
10. Siempre dispuesta
Tu hermana siempre supo que sería la primera persona a la que llamarías cuando estuvieras en una situación difícil o tuvieras una emergencia, y sabía también que tendría que estar lista para cualquier cosa, desde prestarte dinero, ir por ti a una fiesta o cubrirte cuando llegabas tarde.
Estas son algunas de las cosas por las que pasó sin decir una sola palabra. A pesar de algunos roces o pequeños desencuentros que se dan en todas las relaciones, puedes estar segura de tres cosas: a) parte de quién eres ahora se lo debes a tu hermana; b) tu llegada fue un gran cambio en su vida y c) te ama como nadie en el mundo entero.