La figura del profesor ha cambiado a través de los años y muchas veces, a pesar de su gran esfuerzo por facilitar conocimientos a sus alumnos, no reciben el reconocimiento que merecen.
La página A Plus preguntó a un grupo de profesores de diferentes niveles y centros educativos lo siguiente: “¿Qué te gustaría que los padres de tus alumnos supieran?”. Las respuestas son conmovedoras.
1. Realmente quieren a tus hijos como si fueran propios
“A veces siento que me esfuerzo más por mis estudiantes que por mis propios hijos y es algo difícil de admitir”.
“No creo que se hayan dado cuenta de que no somos sólo sus profesores sino también su “madre” fuera del hogar. Los consolamos cuando están tristes, heridos o enfermos. Los elogiamos cuando toman buenas decisiones pero también debemos disciplinarlos por las malas decisiones”.
“De verdad quiero a todos los chicos de mi clase. Desde los que son super dulces hasta los que me ponen a prueba cada día. Paso mucho tiempo pensando cómo puedo hacer mejor las cosas el próximo día, semana o año”.
2. A veces deben lidiar con horrores innombrables de algunos chicos
“He pasado noches llorando hasta quedarme dormida por una de las niñas pequeñas de mi salón, a sus 8 años fue violada, contrajo una ETS y fue puesta en una casa de acogida en la que la denigraban y abusaban verbalmente. Recientemente la sacaron de ese lugar junto con sus tres hermanos menores y ahora viven con sus tíos, pero daría lo que fuera por desaparecer su dolor”.
3. Su jornada laboral es más larga de lo que parece
“Aunque la jornada con los estudiantes es de 8:30 a 15:45, normalmente es de 7:30 a 17:30 y después una hora o más de calificar o planear en la noche en casa”.
“Aunque tengo las noches, fines de semana y veranos ‘libres’, me pueden encontrar con seguridad en la escuela o involucrada en alguna actividad que implique desarrollo profesional para que mis alumnos puedan tener de mí lo mejor”.
4. Desean que todos sus alumnos tengan éxito
“Cuando te digo que tu hijo es increíble es porque lo creo así. Cuando te hablo para platicar sobre su comportamiento o esfuerzo en la escuela es porque creo que puede mejorar”.
“A menudo me pregunto si soy lo suficiente bueno en el trabajo, porque me siento el peor profesor del mundo si hay un solo niño que no entienda la lección”.
5. Ni siquiera es por el sueldo, porque no les pagan mucho
“Si trabajas sólo para ti en lugar de hacerlo por los estudiantes, no hay razón para ser profesor”.
“Trabajaba en cuidados de la salud y me pagaban considerablemente mejor pero la primera vez que pisé un salón de clases supe que era en donde debía estar”.
“Me gustaría que (los padres) supieran que es tan duro convertirse en profesor de arte de preparatoria como para cualquier otro profesor. Tengo un grado en educación elemental, en arte y una maestría, y podría tener un trabajo mucho mejor pagado”.
6. Lo que hacen es por el bien de la clase
“Me encantaría responder a tu pregunta. Déjame pensar en algo mientras corro a las 8:30 a la tienda a comprar lo necesario para los regalos del día de la madre con mi propio dinero”.
“Nunca he tenido un cheque cuya mitad no haya sido destinada a pagar algo de mi clase”.
7. Los docentes no son enemigos de los padres
“Me gustaría que los padres supieran que reconocemos que hacen su mejor esfuerzo. Si tu hijo está luchando con algo y tiene un problema real, unirse con él para planear una estrategia no es un ataque a tu autoridad; es un esfuerzo por ayudar a que tu hijo tenga la atención, ayuda y habilidades que necesita”.
“Quisiera que los padres entendieran que no pido tareas sólo por ser una mala persona o porque quiero que los niños sufran. Les doy tareas para que practiquen sus habilidades y para que logren avances que les ayuden a tener un mejor futuro”.
8. Piensan en el bienestar de sus alumnos más allá del salón
“A veces creo que los padres piensan que preescolar es sólo juegos todo el día y que cualquiera podría hacer ese trabajo. Les diría que están mal porque jugar es sólo una fracción del día. Hacemos muchas cosas que se basan en el juego, pero es para potenciar sus habilidades sociales que espero repercutan a largo plazo.
Mi meta es que los niños se emocionen con la escuela y el aprendizaje de manera de que cuando lleguen a niveles más altos, puedan encontrar emoción en aprender en lugar de sentirse aburridos o como si fuera una pérdida de tiempo”.
9. Ponen las necesidades de sus alumnos antes que las propias
“Dejo a un lado mis necesidades porque se que mis niños me necesitan. Suceden tantas cosas personales, pero no puedo permitirme desmoronarme porque no sería capaz de estar ahí para esos chicos que dependen de mi. No tienen a alguien más en su vida en quien puedan confiar”.
10. A pesar de todos los retos, hacen su trabajo porque lo aman
“Enseñar es uno de los trabajos más agotadores que existen. También diría que es uno de los más gratificantes que existen, no en términos monetarios pero en todo lo que de verdad importa”.
“¡Amo dar clases en preescolar! ¡Son como mis niños y son muy divertidos!”.