Un día estaba sentada leyendo en el jardín, cuando mi padre se sentó frente a mi, me quito el libro de las manos, respiró profundo, sonrió y comenzó a hablar. Sus palabras estuvieron acompañadas de lágrimas a cada momento y nunca olvidaré lo que me dijo :
“No hay tesoro más grande que recibir en tus brazos por primera vez a tu hija, enamorarte de sus dedos diminutos o su delicada nariz, y pasar horas observando y agradeciendo el milagro de la vida. Ese milagro que te dejó ser padre y que te ha permitido estar a su lado desde entonces, dándote la enorme tarea de hacerte fuerte y de enseñarte cómo crecer.
“Ha sido un maravilloso regalo poder estar a tu lado, escuchar tu risa desde tu habitación, jugar contigo a las escondidas, ayudarte en tus tareas; en verdad es un verdadero privilegio escucharte decir papá. Que me hayas buscado cuando necesitabas ayuda o consejos, no tiene precio. Poder sentarnos a ver películas o correr por el parque siempre serán mis mejores recuerdos.
“Hija, no puedo expresarte con palabras el gran honor que es formar parte de tu vida, por eso y por todo el esfuerzo y tiempo invertidos, no puedo dejar que te vayas al lado de alguien que no sepa apreciar tu valor. Te pido que elijas bien al compañero de tus días, que te ame de verdad y te lo demuestre con hechos más que palabras.
“Que esté dispuesto a contemplarte hasta el cansancio, que te admire por ser tan increíble, que sepa limpiar tus lágrimas en tus momentos difíciles, pero que sepa hacer memorables los momentos de felicidad. Deseo que encuentres un hombre que se esfuerce por darte lo mejor y que comparta contigo lo mejor de sí. Que sepa impulsarte a crecer, que se de cuenta de tu potencial y no lo reprima, ni te menosprecie.
“Deseo también que entiendas el valor de la comunicación. No importa si se trata de algo que te molesta, dilo, porque de eso dependerá el buen funcionamiento de su relación; aprende a que puedes equivocarte y que no siempre tendrás la razón. Sé noble con tu pareja, pero no permitas que pase por encima de ti. Aclaren sus rencillas y no dejen pasar el tiempo.
“Espero hija, que en ese hombre encuentres un compañero de aventuras, al amigo que escucha y comprende, al amante tierno y romántico que mereces; que ese hombre te abrace y sepa sanar tus heridas. Debes entender que todo debe ser reciproco, y que lo más importante es mostrarse el verdadero afecto.
“Sobre todo, deseo que ese hombre sepa equivocarse, pero también pedir perdón, por que eso significará que será un hombre noble y humilde y merecerá estar a tu lado. Y recuerda que ese hombre será también algún día el padre de tus hijos, así que espero que sea recto y que sepa llevarlos por el camino del bien. Espero, hija, que te enamores de un hombre que sepa quedarse a tu lado hasta el fin y que sepa amarte tanto como yo”.
Cuando terminó de hablar, se limpió el rostro, me tomó la mano, se levantó y se fue. Después de ese momento comprendí cuánto me ama mi padre.