Doyin Richards es un autor y orador que colabora con diversas publicaciones. Pero su rol más importante es el de padre de dos chicas increíbles. A continuación comparte cómo cambió su percepción de la paternidad al enterarse del sexo de sus futuros hijos.
“Recientemente uno de mis lectores me preguntó si yo deseaba tener hijos en lugar de hijas. Por supuesto, mi respuesta fue enfática: “NO”. Pero mentiría si dijera que siempre fue así.
Cuando mi esposa me mostró la prueba de embarazo positiva para nuestro primer bebé en el 2009, grité: “¡Qué maravilla! ¡Espero que sea un niño!”
Error. Supuse que si tenía un hijo podría enseñarle como jugar basquetbol, pelear y jugar en la arena. Con una niña, estaría atrapado jugando a vestir muñecas y otras cosas típicas de chicas.
Error épico.
Unas semanas después de mi conversación de “quiero tanto un niño”, nuestro mundo colapsó. Nuestro primer embarazó no resultó bien y fue algo devastador para los dos. Después de algunos meses de duelo, me di cuenta de que lo único que siempre quise era ser papá, no sólo padre de un niño. Me maldije por ser tan estúpido e inmaduro y oré por la redención, que afortunadamente alcancé.
Nos embarazamos de nuevo en el 2010 y ya no hubo nada de “espero que sea niño”, de hecho, las lágrimas recorrieron mi rostro cuando el médico nos dijo que tendríamos una niña. Desde enero del 2011, mi hija mayor me enseñó un amor que no sabía que existía. Además, de verdad creo que tener dos niñas me ha transformado en un hombre mejor, más fuerte y más inteligente de lo que habría sido sin ellas.
Estas son algunas razones:
1. Hay un mundo de posibilidades
Me di cuenta de que todo lo que podría hacer con un niño lo puedo hacer con mis hijas (como jugar basquetbol, defenderse y jugar en la arena). Sí, les voy a enseñar mucho más, pero les prometo que les enseñaré estas tres cosas.
2. Eres su modelo
Me di cuenta de que mis hijas me usarán como referencia de cómo debe comportarse un hombre. Desafortunadamente, hay quienes valoran sus trabajos más por el cargo que por lo que hacen en ellos. Son contadores, vicepresidentes, gerentes, trabajadores de la construcción, etc., pero nunca se describen a sí mismos como padres o esposos primero. Esos mismos hombres son quienes sienten que su responsabilidad con la familia termina una vez que han salido de la puerta.
Los mejores padres que conozco ven sus puestos como lo que hacen, pero su trabajo jamás se convierte en lo que son. Son padres y esposos principalmente. Cuando trabajaba de tiempo completo en un corporativo, recuerdo que después de un día de llamadas, conferencias y atender reuniones, lo único que quería era descansar cuando llegara a casa. Luego pensé en mi hijas. Me condenaría si me vieran y pensaran:”Papá no nos hace de cenar, nos baña o nos cuenta historias. Sólo permanece sentado mientras mamá hace todo. Tal vez así es la forma en que todos los hombres deben actuar y lo que debo esperar de mi futuro marido”. Yo hago todas esas cosas cuando llego a casa porque es lo que un padre y un esposo se supone que debe hacer. Tomo la responsabilidad de ser el primer modelo masculino de mis hijas muy en serio.
3. Pueden ser lo que desean
Me di cuenta de que ser “femenina” es sólo un mito. En todo caso, ¿qué significa? ¿Que mi hija será menos femenina si se disfraza del Hombre Araña en lugar de princesa? No para mí. Eso sería como decir que un hombre que levanta pesas es más masculino que uno que le canta a sus hijos antes de dormir. Aprendí que ser chica puede ser lo que ella desea, y nunca las limitaré en ese sentido. Además, quiero presentarles a otras mujeres que están destacando en campos generalmente dominados por hombres (comentaristas deportivas, ejecutivas, etc.) para que entiendan que es posible hacer cualquier cosa que su corazón deseé.
4. Es bueno manifestarse
Me refiero a creer en algo tan profundamente que lo harán sin importar lo que detractores, personas negativas y pesimistas tengan que decir de ellas. En un mundo en el que las mujeres aún luchan por la igualdad, quiero que mis hijas se expresen en el hogar, el salón de clases y la sala de juntas para ser escuchadas. Que se olviden de tonterías como ser tomadas por “agresiva”, “mandona” o “perra” por tener una opinión o por tomar una postura.
5. Que sean mujeres de su tiempo
Me doy cuenta de que estoy hecho para criar chicas en la sociedad actual. Seamos realistas, las chicas deben lidiar con muchos temas desafiantes como la presión de agradar a otros, de tener sexo, la imagen corporal, las chicas groseras, el embarazo juvenil, la violencia. No las puedo proteger de todo lo malo que hay allá afuera, pero me puedo asegurar de que tendrán la confianza e inteligencia –tanto intelectual como de acción– para prosperar en este mundo loco en el que vivimos. Así como peleo para que los padres se sienten a la mesa cuando de labores parentales se trata, deseo que las mujeres también lo hagan cuando se trate de temas que las impacten, y no sólo para mis hijas, sino para las de todos.
Hay algo especial en el lazo entre los padres y las hijas que no se puede explicar y que no cambiaría por nada. Ahora, si me disculpan, hay ofertas de ropa para niñas que debo aprovechar.