La posibilidad de elegir el sexo de los hijos ha sido por años un anhelo de los futuros padres y motivo de estudio para los especialistas, quienes incluso en los mecanismos in vitro han experimentado para sexar a los descendientes. Hoy esa posibilidad de escoger entre niño y niña es real: científicos japoneses de la Universidad de Hiroshima descubrieron un método que permitiría hacerlo a través de la separación de los espermatozoides con cromosomas X o Y.
Recientemente publicado en la revista especializada PLOS Biology, el estudio realizado por Takashi Umehara, Natsumi Tsujita y Masayuki Shimada reveló el hallazgo: alterar la motilidad de los espermatozoides con cromosoma X, lo cual es posible aplicando ciertas sustancias que serán recibidas por el tipo de receptores que este contiene, ralentizando su marcha y permitiendo que sean los de tipo Y los que avancen.
Así de sencillo se abre una puerta a un nuevo tratamiento que permitiría elegir “a gusto” el sexo del bebé que se engendrará en un procedimiento que se llevaría a cabo con la aplicación de un gel en la intimidad del hogar y sin necesidad de ningún procedimiento asistido médicamente.
A pesar de que ya se aplican diversos métodos científicos para elegir el sexo de los bebés en tratamientos de fertilidad, los que más eficiencia tienen implican trabajar con embriones, por lo que grupos conservadores se han opuesto a su ejecución debido al dilema ético que ello implica.
Además, las compañías que ofrecen alguna de estas técnicas asistidas generalmente son estrictas en el cumplimiento de una serie de requisitos de elegibilidad que van desde ser casada o ya tener por lo menos un hijo del sexo opuesto al que se está buscando, hasta límites de edad y pruebas clínicas que pueden durar hasta ocho años.
En Canadá, Australia y varios países de Europa la selección de género en la fertilidad asistida está prohibida, por lo que existen empresas que les dan el servicio a parejas provenientes de esas zonas realizando el procedimiento en países como Chipre o México, en donde no hay limitaciones para ello, aunque de todas formas los costos son elevados.
A pesar de que la mayoría de los países carecen de una legislación que regule la reproducción asistida y la selección de género, esta práctica es llevada a cabo cada vez con mayor frecuencia, independientemente de los riesgos que implica la manipulación genética, por lo que el sencillo método probado en ratones, ovejas y cerdos por los científicos de la Universidad de Hiroshima podría representar una opción viable en un futuro cercano para que se pueda elegir tener un niño o una niña.