Una mamá tiene que esperar seis años para dormir adecuadamente luego del nacimiento de un hijo. Esta teoría fue comprobada por la Universidad de Oxford mediante un estudio en el que se analizaron los patrones de sueño de dos mil 500 mujeres que tuvieron un hijo entre 2008 y 2015. A las participantes se les preguntó cuántas horas dormían en un día de la semana normal y qué cantidad en un fin de semana, además de pedirles que calificaran del 0 a 10 su calidad de sueño.
Con esto se encontró que:
- Aún después de seis años no lograron recuperar por completo sus horas de sueño, seguían durmiendo 20 minutos menos que antes de la llegada del bebé.
- Tuvieron una reducción aproximada de sueño de 62 minutos por noche.
- Perdieron 40 minutos de sueño un año después de la llegada de su bebé.
- Los primeros tres meses después del nacimiento de sus hijos fueron agotadores.
- Por cuestiones biológicas, están “programadas” para despertar al menor ruido que hagan sus hijos.
Una encuesta realizada por una marca de accesorios para bebé descubrió que casi el 50 por ciento de los padres con hijos de seis meses o menos duerme de una a tres horas ininterrumpidas por noche, mientras que el Departamento de Psicología de la Universidad de Warwick indicó que las responsabilidades ante la llegada de un hijo dan como resultado un sueño de menor calidad:
Si bien los niños pueden dejar de llorar durante la noche a medida que crecen, pueden despertarse, enfermarse o tener pesadillas, mientras que el estrés y las preocupaciones que acompañan a la paternidad también pueden afectar el sueño de los padres.
Por su parte, Stanford Children’s Health publicó que las necesidades de sueño de los bebés varían de acuerdo con su edad. Los recién nacidos duermen de ocho a nueve horas durante el día y ocho por la noche, pero no lo hacen continuamente, sino en periodos de dos horas hasta los tres meses o cuando alcanzan un peso de seis kilogramos.
Dos tercios de los bebés pueden dormir con regularidad hasta los seis meses de edad.