Herbert y Marilyn DeLaigle estuvieron casados por 71 años, procrearon seis hijos y tuvieron 16 nietos, 25 bisnietos y tres tataranietos. Su historia, sin embargo, tiene un elemento adicional que la hace extraordinaria: fallecieron con tan solo 12 horas de diferencia el 12 de julio pasado.
El de Herbert y Marilyn es uno de muchos casos documentados en los que, tras fallecer uno de los miembros de la pareja, el otro lo sigue con horas o días de diferencia.
Según los expertos, la falta de expectativas para el futuro, la dependencia y la soledad a la cual se enfrentan luego de la pérdida de su compañero o compañera por tanto tiempo, provocan que el cerebro no se esfuerce más por seguir viviendo.
Herbert DeLaigle, de 94 años, y Marilyn Frances DeLaigle, de 88, se conocieron en Waynesboro, Georgia, hace 72 años en una cafetería propiedad de la familia de él. Según lo declaró en una entrevista al celebrar sus 70 años de matrimonio, Herbert había visto a la joven varias ocasiones en el White Way Cafe, hasta que se atrevió a preguntarle si saldría con él; su primera cita fue al cine.
El Dr. Matthew Lorber, del Hospital Lenox Hill de Nueva York, explicó que el shock emocional que causa una noticia como el fallecimiento del compañero o compañera de toda la vida podría traer consigo un debilitamiento en el corazón hasta llegar a lo que se conoce como síndrome del corazón roto, durante el cual se produce un aumento de las hormonas del estrés que podría confundirse con el dolor de un ataque cardiaco.
Esteban Cañamares, psicólogo clínico experto en adultos, considera que cuando una persona depende fuertemente de otra y esta muere, “el cerebro no quiere seguir esforzándose por seguir viviendo y el cuerpo cae presa de cualquier enfermedad”. Las razones de la muerte son psicológicas y fisiológicas.
Entre los últimos casos conocidos de parejas que fallecen el mismo día está el de los británicos Frank y Joyce Dodd, de 96 y 97 años, respectivamente. Murieron el 8 de abril de 2017 en el mismo hospital, con tan solo 14 horas de diferencia; en sus últimas horas les permitieron compartir camas contiguas para que se tomaran de la mano.
En mayo de este año en California, Clair y Jeanne Vance, de 75 y 70 años, murieron con minutos de diferencia, él en el hospital y ella en su casa debido a que Clair estaba internado con un cuadro de influenza que no le permitía visitas; tenían 45 años de matrimonio.
Los asturianos Gustavo Bueno, de 91 años, y Carmen Sánchez, de 95, murieron con 48 horas de diferencia en agosto de 2016. El filósofo quedó viudo y apenas dos días después falleció por una enfermedad que padecía hacía meses.