Recientemente se popularizó el caso de una pareja de origen asiático que demandó a una famosa clínica de fertilidad luego de haber dado a luz a un par de mellizos que no compartían su origen racial ni su genética; pero esta situación no es poco común. Para muchas parejas que anhelan ser padres el sueño puede volverse una pesadilla ante los errores de la industria.
El mercado de la fertilidad ha crecido en los últimos años, principalmente por factores como el aumento en las tasas de obesidad, que genera desequilibrios hormonales y problemas de ovulación a las mujeres y baja calidad de esperma en los hombres, así como por las dificultades de fertilidad de quienes han utilizado por mucho tiempo tratamientos anticonceptivos como la píldora, entre otros.
Según el estudio realizado por BBC Research, este mercado alcanzará para el año 2022 un valor de 4.5 billones de dólares y ha crecido a un ritmo anual aproximado de 4.6 por ciento.
En este marco, la situación vivida por la pareja afectada por el error de un tratamiento de fertilidad in vitro (FIV), residente de Nueva York y de origen asiático, se suma a una serie de yerros como embriones cambiados, esperma incorrecto u óvulos equivocados en los que incurren las clínicas especializadas.
En este suceso, como en otros documentados, al recibir a los bebés y comprobar a través de estudios que compartían el ADN de otros pacientes en tratamiento, la pareja tuvo que entregar a los niños a sus padres biológicos a través de la CHA Fertility Center de Los Ángeles, empresa en la cual recibían el tratamiento.
Joshua Berger y Simon Hong, propietarios del centro médico que “ha cumplido los sueños de decenas de miles de padres aspirantes del sur de California y en más de 22 países”, enfrentan por esta equivocación una demanda en la cual se pide, además de la reposición del costo del tratamiento -100 mil dólares-, lo gastado por la pareja en viajes, medicamentos y honorarios a médicos.
Otros casos que han trascendido a través de los medios de comunicación -ya que hay muchos que no son reportados- son el de una mujer de ascendencia italiana en 1999, quien también dio a luz gemelos: uno blanco y uno negro. La confusión con las pipetas en la clínica en Nueva York derivó en una disputa por la custodia.
Norman Barwin, médico de fertilidad en Canadá, quedó inhabilitado para ejercer después de que se comprobara que en un periodo de 20 años inseminó a tres mujeres con semen equivocado; y en la clínica Reprofit de Brno, en la República Checa, intercambió embriones entre dos parejas, por citar algunos sucesos que fueron conocidos.
Según la Autoridad de Fertilización y Embriología Humana del Reino Unido, los errores de las clínicas de fertilidad en ese territorio superaron los mil 600 en tan solo tres años.
A pesar de que ahora se sabe que estas son situaciones comunes, el efecto que tienen en las personas es impredecible. En el caso de la pareja asiática de Nueva York han manifestado que se encuentran profundamente atribulados y con el corazón roto. En la demanda alegan “sufrimiento emocional permanente”, ya que ni siquiera han podido compartir con sus amigos y seres queridos por lo devastadora que resulta la pérdida.