Una persona está destinada a encontrarse con mucha gente durante su vida; hay quienes la marcarán de manera especial, y otras, que la harán aprender lecciones por malas y tóxicas experiencias. Sin embargo, existen lazos que nunca se podrán romper con el tiempo: los familiares.
Dentro de un núcleo familiar hay un parentesco muy especial. Aunque en un inicio se puede pensar que es entre hermanos, muchas de las veces son los primos los mejores cómplices, con quienes se forma una conexión especial, y si son de la misma edad, mucho mejor.
¿Por qué los primos son especiales?
Hay muchas razones por las que los primos son personas sumamente importantes en la vida de alguien:
- No se tuvo un hermano y ellos —sin planearlo— tomaron ese papel.
- Sí hay hermanos, pero son de una edad menor o mayor.
- Existe una relación fuerte con una tía, y por tanto, ella es vista como una segunda mamá, y los primos, como hermanos.
Un cofre de secretos
Los primos son los primeros amigos que se tienen durante la infancia; se comparte con ellos gran cantidad de recuerdos: navidades, cumpleaños, domingos familiares o visitas a casa de la abuela.
Tal vez te pasó que en algún lapso tuviste miedo de contarle algo muy íntimo e importante a tu hermano por la inseguridad de que corriera a decirle a tus padres; por eso recurriste a ese primo, cómplice de secretos y dador de los mejores consejos.
También puede ser que hayas tomado de pretexto a tu primo para salir a una fiesta, pues tus papás automáticamente otorgan el permiso.
Conexión… ¡Para siempre!
Cuando pasan los años, seguramente te sientas con tu primo favorito y comienzan a recordar la infancia, las travesuras, las mentiras piadosas o las complicidades. Sin duda alguna, tener a ese aliado familiar ¡es lo mejor!