Crecer con uno o más hermanos es un regalo irreemplazable, algo con lo que tener hermanas o ser hija única no puede competir.
Aprendes sobre cómo funciona el cerebro de un hombre y la forma simple y obvia en la que frecuentemente se comportan. Aprendes a no tomarte las cosas demasiado en serio, y te das cuenta de que el metabolismo de ellos funciona de una manera mucho más eficiente que el tuyo.
Pon atención: si tú has crecido con un hermano, estas son las razones de por qué eres una mujer feliz.
1. Siempre tenías buen comportamiento comparado con el suyo
Tal vez porque eran más jóvenes, o quizá porque estaba en su ADN, pero los hermanos (especialmente el que fue arrestado en una borrachera) tiende a superar los límites de todo lo que tu algún día pudiste haber hecho.
Ya sea que fuera acusado de plagio en la universidad o que casi lo atraparan con drogas al entrar a un antro, tu hermano siempre se ha metido en problemas de una manera que no podrías haber soñado, lo cual hizo que todas tus materias reprobadas parecieran insignificantes comparadas con todo lo que él hizo. Así que, dale las gracias por ayudarte a ser siempre “la chica buena”.
2. Pero cuando no lo fuiste, él te rescató y estuvo de tu lado
Con tu hermano siempre puedes contar para que te cubra las espaldas. Por ejemplo, cuando tus padres se molestaron porque llegaste después de la hora que te dieron permiso y él fue el primero en decir que habías llegado sólo unos minutos después de lo acordado; o cuando tu amiga estaba siendo una maldita contigo, tu hermano al menos pretendió escucharte y te dio la razón.
Tu hermano fue tu confidente; la persona que te acompañaba al final del día comiendo grandes cantidades de cereal y viendo los terribles programas de la televisión.
3. Eres una experta en el debate
Sobre todo porque tú y tu hermano han pasado todo el tiempo debatiendo sobre quién utilizará primero el carro y durante cuánto tiempo exactamente. O quién estaría obligado a ir en el temido asiento de en medio durante los largos viajes; y quién sería el responsable de comprar la tarjeta de aniversario para tus padres. Además, siempre negociabas con tu hermano para que te prestara dinero, porque de alguna manera, la alcancía de él siempre estuvo mucho más llena que tu cartera.
4. Te enseñó cómo lograr lo que quieres
Al parecer, desde siempre las chicas hemos tenido más tenacidad a la hora de discutir. Con frecuencia, cuando tu hermano y tú discutían sobre qué canal elegir en la televisión, el simplemente se aburría y se alejaba del asunto, dejándote con la victoria, aunque tal vez pírrica.
5. Sabes que la honestidad duele, en un buen sentido
–Tu cabello me parece repugnante.
–No me gusta esa falda, ¡quítatela!
Estos son sólo algunos de los insultos con los que has tenido que lidiar en los últimos años. Tu hermano es la persona que, si lo molestas mientras esta jugando FIFA, lo primero que dirá es que te ves gorda con lo que llevas puesto. Fue el primer hombre al que le enfureció tu amor por los zapatos de tacón, y no será el último. Pero sabes que siempre que requieras de un consejo honesto, puedes acudir a él (sólo prepárate para llorar).
6. No hay nada que te sorprenda
¡Oh, genial! Una pelota de beisbol cayó de la nada sobre tu cabeza. No es gran cosa, tu hermano ha estado jugando al hockey en el interior de la casa desde que tenía 7 años. ¿Tu bici ha sido robada? Bien, ningún artículo tuyo que tu hermano quisiera era totalmente de tu propiedad. ¿Hay un poco de pis en el asiento del baño? No podría ser de otra manera.
7. Siempre tienes un compañero de atracones
Su capacidad de comer grandes cantidades de comida aún no deja de sorprenderte. Tú has pasado años (en los que obviamente engordaste, ¡duh!) tratando de igualar su manera de comer. “Para mí, un burrito, una hamburguesa y tres rebanadas de pizza”.
Mientras aprendiste que esto no era lo más atractivo en una chica, sabes que nadie disfruta tanto de la buena comida como tú lo haces, y cuando no te importe lucir poco atractiva comiendo grandes cantidades de comida, él siempre irá contigo, sin juzgarte.
8. Tuvo la respuesta correcta cuando lloraste por un chico
¡Que se joda! Tu hermano siempre ha creído que mereces a alguien realmente bueno. Mientras tus amigos, por desgracia, se han quedado muy cortos. Literalmente, ellos nunca quisieron que anduvieras con él.
Él siempre se ha esforzado por ser amable con tus novios, pero se rehusó a ser amigo de los chicos molestos que andaban tras de ti, y por todo eso lo amas.
Además, nunca te endulzó una situación. Mientras tus amigas te decían: “tal vez se quedó sin crédito en el celular y por eso no contesto tu mensaje de texto”, tu hermano decía: “te está ignorando, lo siento”.
9. Te decías a ti misma que eras la favorita de mamá
Quizá no estés segura de si tu mamá te favorecía por el simple hecho de ser la chica de la casa, pero te gusta pensar que al ser las dos únicas personas del mismo sexo en la casa, eso significaba que tenían un vínculo especial y que de una u otra manera ella siempre estaba de tu lado.
Sin hermanas de las cuales te pudieras poner un poco celosa, y un padre y un hermano que compartían los mismos intereses deportivos (¿18 hoyos en el golf? ¿Es una broma?), consideras que tu mamá y tú siempre se mantuvieron unidas.