Tengo muy pocos recuerdos de mi infancia, pero los que conservo están acompañados de una gran cantidad de regalos, y no estoy hablando precisamente de objetos materiales, sino de momentos llenos de risa, amor y alegría. Esto realmente me hace pensar: ¿qué clase de regalos pueden apreciar nuestros hijos, que además jamás tengan que olvidar? ¿Qué regalos pueden impactar realmente en su vida?
En esta era donde las redes sociales y el consumismo se han apoderado de nosotros, es casi imposible poderlos sorprender con un regalo simple. Sin embargo, el regalo más grande que podemos hacerles no son juguetes o un nuevo dispositivo móvil, son momentos que no tienen nada que ver con el dinero. Son el cariño y las lecciones de vida que los enseñarán a crecer como mejores personas. Estos son algunos regalos que realmente valen la pena. Comienza por brindarlos ahora.
1. Amor
Sin amor todo se vuelve más difícil.
2. Desafíos
Asegúrate de que tus hijos tengan grandes sueños, y después ayúdalos a conseguirlos. Probablemente harán más de lo que creías posible.
3. Felicidad
Es una necesidad contagiosa. Por eso es uno de los mayores regalos que puedes darle a tus hijos. Enséñales a ser felices con lo que son, no con lo que tienen.
4. Compasión
La vida nunca es igual para todos. No todos nacen con las mismas posibilidades, por eso enséñale a tu hijo a ser esa persona que tenga ánimos de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio.
5. Alimenta su curiosidad
Ellos tienen un mundo qué descubrir, no los limites con frases como: “Deja de hacer tantas preguntas”. Enséñales a ser curiosos y a ver que el mundo puede ofrecerles un gran conocimiento.
6. Determinación
La determinación es uno de los mayores factores que los empujará hacia el éxito.
7. Disciplina
Los niños necesitan aprender buenos comportamientos, pero la disciplina no tiene por qué limitarlos. Tiene que ser coherente y positiva. Explícales siempre el por qué de las cosas.
8. Apoyo
Las palabras son poderosas. Les pueden dar todo el ánimo o generar pensamientos negativos en ellos. Así que elige las palabras adecuadas que puedan motivarlos y que les ayuden a recordar lo mucho que los valoras.
9. Apreciar la belleza
Ayúdalos a encontrar la belleza en todo lo que ven y en cada persona: ellos aprenderán que viven en un mundo hermoso.
10. Aprendizaje permanente
El aprendizaje no se limita a lo que puedan aprender en la escuela. El aprendizaje inicia en el hogar, así que regálales libros y motívalos a leer; hazles preguntas que puedan analizar y responder. En otras palabras, debes enseñarle a amar el aprendizaje.
11. La honestidad
Los niños aprenden las mejores lecciones a una edad temprana, y si les enseñas la honestidad desde pequeños tendrán una mayor oportunidad de serlo en su vida adulta. Cuando sean grandes te agradecerán por darles la oportunidad de sentirse bien con ellos mismos y disfrutar más de la vida, porque podrán tener una conciencia tranquila.
12. Tener esperanza
La esperanza es creer que la cosas siempre van a mejorar. Así les darás la fuerza, resistencia y la determinación para poder enfrentar los momentos más difíciles de la vida sin derrumbarse.
13. Siempre abrázalos y bésalos
Nunca serán lo suficientemente grandes para dejar de recibir besos. Cuando un niño se siente amado, desarrollará más rasgos de seguridad y confianza. Así que nunca dejes de brindarles amor.
14. Generosidad
Enséñales que la generosidad no tiene límites y que compartir las cosas más preciadas que tienen con los demás los hará mejores personas.
15. Optimismo
Los pesimistas no cambian al mundo. Los optimistas sí lo hacen
16. Celebren las pequeñas cosas de la vida
Después de todo, son los pequeños momentos los que siempre se disfrutan más
17. La posibilidad de cometer errores
Ellos son niños. Dales espacio para experimentar, explorar y cometer errores. Tienen que aprender con el tiempo.
18. Autoestima
Los niños que aprenden a valorarse a sí mismos tienen mayor potencial para creer en ellos. La autoestima, como resultado, los hará adultos que confíen en sus decisiones sin esperar la aprobación de nadie más.
19. Ríete con ellos
La risa alimenta el alma. Ríete con tus hijos todos los días, por tu salud y la de ellos.
20. Espiritualidad
La fe eleva nuestra visión del universo, nuestro mundo y nuestras vidas. Es prudente enseñarle a nuestros hijos que no son sólo seres de carne y hueso que ocupan un espacio; que también tienen alma, mente, corazón y voluntad.