Sí, sabemos que vivir en la casa de nuestros padres es cómodo -y más económico-: comida hecha, ropa lavada y papel sanitario ¡gratis! Pero aunque te quieren mucho y por ello nunca lo admitirán frente a ti, que dejes el nido los hará más felices.
Pero… no lo tomes personal, esto fue demostrado por un estudio científico realizado por investigadores de la Universidad de Heidelberg, Alemania -publicado en la revista especializada NewScientist– que después de observar que la mayoría de las encuestas de felicidad revelan que las parejas sin hijos la pasan mejor que las que sí los tienen -porque gozan de más tiempo libre, dinero y duermen más-, quisieron averiguar si los padres cuyos hijos ya se han ido del hogar coincidían en este criterio.
Son felices con hijos… si ya crecieron y se fueron de la casa
Basándose en una encuesta europea aplicada a 55 mil personas de 50 años o más, se concluyó que en este grupo de mayor edad las personas con hijos revelaron una mayor satisfacción con la vida y menos síntomas de depresión, siempre y cuando sus hijos ya hubieran crecido y se hubieran ido de casa.
Menos estrés y más seguridad
Esto se debe a que cuando los hijos crecen y se mudan les dan a sus padres la satisfacción de valerse por sí mismos, alejándolos del estrés y haciéndolos más seguros para enfrentar su vejez.
Corresponder a su amor
Como personas independientes, los hijos pueden devolver “el favor” a los padres brindándoles apoyo financiero o simplemente atención, lo cual les hace superar los aspectos negativos que enfrentaron con la paternidad y sentirse plenos y realizados.