Los millennials somos la generación que descubrió que salir de casa no es TAN divertido. Según encuestas, hay más de una prueba de que la juventud es “ñoña” y aburrida. Y no, no me sorprenden tales resultados. La realidad es que comprendo a una pareja de 20 años que prefiera quedarse en casa a ver Netflix. ¿La razón? No es tan divertido socializar y cuando nos atrevemos a hacerlo termina saliendo caro.
Ni siquiera somos lo suficientemente divertidos como para emborracharnos. Una encuesta realizada en 2016 por la compañía cervecera Heineken, descubrió que cuando los millennials nos aventuramos a salir de noche, al menos el 75 por ciento de nosotros lo hacemos con moderación. ¿Será por lo costosa que puede resultar una noche de fiesta o porqué somos muy ñoños para intentarlo? Aquí, lo que pienso de la falsa idea de que los veintitantos son para vivir fuera de casa.
Prefiero el lujo de quedarme en casa
La economía millennial es muy diferente a la de la generación X. Los jóvenes adultos nunca tenemos dinero, o estamos eternamente cansados del trabajo. No obstante, las encuestas también demuestran que incluso los chicos que no están agotados ni viven en la quiebra, prefieren ir a un bar y tomarse un par de tragos a lo largo de una plática tranquila. Suena aburrido, pero lo preferimos más que salir de noche a un club y conocer gente de la manera convencional.
“Es que la culpa la tiene ese maldito teléfono que siempre traen en la mano”, diría tu mamá, por ejemplo. Sin embargo, hay otras teorías un poco más lógicas. Puede que nuestro amor al hogar se deba a que somos los que crecimos entre los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y una crisis financiera mundial.
Estamos muy alejados de la generación anterior, aquella más frívola que tenía como mascota a un mono, y convivía todas las tardes un café de Nueva York, como en la serie Friends. Tampoco somos Carrie Bradshaw ni nos damos el lujo de ir por cocteles al centro de la ciudad tres veces por semana con nuestro séquito de amigas.
Esta generación prefiere ser tacaña y evitar los riesgos. Considerando que los millennials vivimos con grandes problemas financieros, tiene sentido que nos evitemos gastar los cientos o hasta miles, solo en una noche con los amigos.
En todo caso, preferimos ahorrar ese dinero e invitar a un par de amigos a la casa; comprar pizza y terminar la reunión temprano. Porque es para lo que hay y porque, honestamente, no se requiere tanto para pasársela bien.
Las generaciones pasadas se burlan de los millennials y aseguran que “en sus tiempos”, las cosas eran más geniales. Las bebidas eran mejores, las tendencias eran más originales; el sexo casual no era “tan” descarado. Sin embargo, los jóvenes supimos descifrarlo: no necesitas perder tu tiempo y dinero en esa mentira de que los veintitantos son para salir de casa.
¿Qué tiene tan especial eso de salir a la calle? No se trata de que queramos ser únicos y diferentes, vivimos conscientes de nuestra era, y con la esperanza de que, con suerte y trabajo, no nos destruya cualquiera que sea el sistema económico que nos toque al cumplir 30 o 40.
Así que, querida generación X -y también los xennials- no me menosprecies si no me nace el interés de vivir una borrachera y llegar vomitando a mi casa; o pedirle a mis amigos que me cuiden; ir a almorzar al día siguiente y volver a hacer lo mismo el próximo fin de semana. Tampoco vivir sin una cuenta de ahorros.
Seguro tu generación lo hizo a su manera y les salió bien. A mi en lo personal, me nace más saltarme esa etapa de salir, y prefiero quedarme en casa. Vivimos en una época difícil, en la que, sugiero, no subestimes los lujos simples; tomar una copa de vino, acostada en tu cama con la pijama puesta… Eso es vida de reyes.