Alguien desgarbado, de 1.90 metros, delgado, con nariz prominente y orejas grandes no es lo primero que vendría a nuestra mente si pensamos en un hombre guapo. Quizá Henry Cavill o Jason Momoa estarían más a la altura de esa imagen mental.
Pero Adam Driver llegó para hacerse un lugar en la lista de hombres que nos están robando los suspiros. Desde su aparición en Star Wars hasta Historia de un matrimonio, Driver es el ejemplo perfecto de un chico que tiene algo que no sabemos qué es, pero nos atrae irremediablemente.