A través de su cuenta de TikTok, el pastor Gerald A. Johnson, un sacerdote y misionero católico de Michigan, en Estados Unidos, relató que en 2016 tuvo una experiencia cercana a la muerte luego de que sufrió un paro cardiaco que lo hizo morir por unos minutos. El religioso dijo que sintió con claridad cómo abandonaba su cuerpo y fue a parar al infierno.
Según Gerald, en ese lugar vio cosas horrorosas e indescriptibles, como un hombre caminando como si fuera un perro en cuatro patas y quemándose de la cabeza a los pies. Además, escuchó a un coro de demonios cantar los éxitos musicales que se escuchan en la Tierra.
En el viral tiktok, Johnson también relata su llegada al infierno y afirma que es un lugar horrible en el centro de la Tierra, donde demonios esclavizan a humanos y los torturan con música que les genera fuertes traumas.
Creí que iría hacia arriba [cielo], porque hice muchas cosas buenas, ayudé a mucha gente. Pero en lugar de ir arriba me fui abajo [infierno] y fui, literalmente, al centro de la Tierra. Es ahí donde está el infierno.
Además, el pastor asegura que muchas veces los músicos se drogan para obtener inspiración al hacer sus canciones, pero con esto acceden de manera ilegal al mundo espiritual y son los demonios quienes les otorgan las letras y la música con el propósito de controlar a la gente en la Tierra.
Había una sección en el infierno donde sonaba música. Era la misma música que escuchamos en la Tierra, pero en lugar de que los artistas cantaran, los demonios las cantaban. En la Tierra, muchas de las letras y la música están inspiradas en demonios. La gente entra en contacto con demonios que les dan letras con el propósito de controlar a la gente en la Tierra.
Aquí [en la Tierra] la música es primero para superar una ruptura, ‘Don’t Worry Be Happy’ (Bobby McFerrin) o ‘Umbrella’ (Rihana), o cualquier otra. [Pero en el infierno] Cada palabra de cada canción fue hecha para torturarte, por el hecho de que no adoraste a Dios a través de la música mientras estabas en la Tierra.
La razón por la que fui al infierno es que aunque hice el bien y le di mucho a la gente, lo que tenía en mi corazón era la falta de perdón hacia las personas que me habían hecho mal. Esa es mi experiencia con el infierno, es un lugar real. Dios no envía a las personas al infierno, las personas se envían a sí mismas al infierno.