Las mujeres sabemos el tipo de hombre con el que debemos estar para tener una relación feliz. Pero, ¿adivinen qué? Siempre lo dejamos ir y nos quedamos con el chico que romperá nuestro corazón.
Solemos elegir al chico malo en vez del bueno, como si alguna ley del universo nos dictara esta terrible decisión. A pesar de que sabemos que el chico bueno podría ser nuestra más sabia elección, los tipos rudos nos atraen como imán y no hay nada que nos pueda alejar de ellos.
El maniático
Este chico puede ser fan del sadismo y de los cachorritos al mismo tiempo, su defecto se ha convertido en su mejor arma de seducción. Es un experto en citas inusuales, toma decisiones espontáneas y no existen las cosas prohibidas.
El narcisista
Es el mejor que otros en mucho aspectos: por fuera, por dentro y en general. Pero en realidad lo único que le interesa es su reflejo en el espejo, no su novia ni su relación.
El que huye
El éxito lo sigue a donde va, atrae a las mujeres como un imán, pero en su corazón solo hay lugar para una. Lamentablemente huye de las relaciones formales.
El que da lástima
No lo juzgues, es solo un chico desafortunado. La gente no lo comprende, su infancia fue difícil y el mundo en general está en su contra. Su vida te conmueve, no puedes evitar consentirlo y hacer todo lo que te pida.
El macho alfa
Presume de sus gustos y aficiones, porta con orgullo su masculinidad, es un poco agresivo y persistente, no soporta que lo ataquen a él o a su mujer.
El erudito
Conoce hasta el último secreto del universo, puede enseñarte muchas cosas, pero solo él tiene la razón.
El aventurero
Ama los viajes y las actividades nuevas, no conoce el aburrimiento, tiene amigos en cualquier parte del mundo. Aunque parece fantástico, no puedes confiar en él, su sentido de aventura lo lleva a arriesgarse sin analizar la situación antes.
El casanova
Es un profesional en el terreno de la seducción. Las chicas son un hobby para él, primero las enamora y después las deja para continuar con su siguiente conquista.
El mentiroso
Su imaginación lo ha llevado a ser un profesional en las mentiras, es imposible desenmascararlo pues siempre tiene una historia nueva que contar.
El indeciso
Aunque podría ser el esposo perfecto, no pasa de las palabras a las acciones. Todo lo que desea hacer se queda en su mente.