Una de las cosas más difíciles que enfrentamos en la vida es decir adiós. Sea cual sea la situación, despedirse de alguien es doloroso; y duele mucho más cuando decir adiós es la única opción que tenemos, cuando la relación ya no da para más y dentro de nosotros hay algo que nos indica que es lo mejor.
Las relaciones, cualquiera que sea, comienzan de buena manera, lamentablemente no siempre terminan igual. El tiempo, los problemas, la realidad, hacen que algunas relaciones se vuelvan tóxicas y dañen nuestra vida. Cuando esto sucede, lo único que queda es decir adiós, dar la media vuelta y partir:
1. Di adiós cuando sientas que ya no estás en el lugar correcto
Tal vez descubras que ya no estás a gusto en la casa de tus padres o que la relación con tu novio no es lo que esperas. A veces la vida nos muestra que hay lugares en los que o encajamos y alejarnos de ellos da miedo. Da miedo dejar el lugar en el que creciste, la protección de tus padres, las comodidades de casa; da miedo separarte de la persona con la que llevas años de relación, de quien se ha convertido en tu compañero de vida; da miedo dejar ese trabajo que tienes seguro y te permite vivir bien. Cambiar siempre da miedo, pero es parte de crecer y evolucionar. Se necesita mucha fortaleza para aceptar que el lugar en el que estamos ya no nos aporta nada a nuestra vida.
Decir adiós duele, pero recuerda que siempre que se cierra una puerta, se abre una ventana.
2. Suelta y deja ir
Los seres humanos solemos aferrarnos mucho a las cosas, las situaciones o a las personas; por eso soltar y dejar ir se vuelve tan complicado. Mientras más trabajo te haya costado conseguir algo, más te costará dejarlo ir. Preferimos seguir estancadas en una relación o en un trabajo que odiamos a soltar y seguir libres. Sólo recuerda que, a la larga, quedarte será peor, así que atrévete a soltar y deja ir todo aquello que no sea bueno en tu vida.
3. Hazle caso a tu intuición
La intuición nunca falla. Si hay una voz dentro de ti que te dice que es momento de partir del lugar o la situación en la que estás, hazle caso. A veces, nos sentimos pérdidas, desorientadas y sin rumbo. El lugar en el que estamos o la persona con quien nos encontramos no nos hace sentir tranquilas, al contrario; esa es la señal principal para partir de ahí.
4. Las cosas tienen un propósito
La frase ‘las cosas pasan por algo’ tiene mucha verdad. Las despedidas siempre tienen un propósito, aunque al principio no lo entiendas. No te cierres a la oportunidad de dirigirte a un futuro mejor. Claro que es difícil dejar atrás todo, pero siempre recuerda que las mejores cosas están por suceder.