Es triste terminar una relación que pensaste que duraría toda la vida. Los planes a futuro ya no se llevarán a cabo y desearías poder borrar tu memoria como en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Todo sería más fácil: tendrías ganas de levantarte de la cama, no llorarías con cada canción triste, no pasarías horas pegada a tu celular leyendo conversaciones y viendo fotos, estarías de humor para salir con tus amigas al bar y definitivamente no te dolería el corazón. Pero es imposible.
Una etapa de tu vida ha terminado y crees con todas tus fuerzas que no podrás superarla aunque esto sea mentira. Lo creas o no, tarde o temprano el corazón sana, las heridas ya no duelen y estarás lista para enfrentar al mundo una vez más. Terminar una relación es difícil, pero siempre podemos elegir entre hundirnos en la tristeza o aprender lo mejor de ella.
1. Tu amor valió la pena, no te arrepientas
Independientemente de las situaciones que los hayan conducido a la ruptura, piensa que en algún momento se eligieron el uno al otro para compartir sus días y la pasaban bien. Antes de arrepentirte o avergonzarte de un amor pasado, mejor piensa en la felicidad que te daba y agradece los buenos recuerdos.
2. Los momentos compartidos siguen siendo valiosos
Recuerda su primera cita, su primer viaje juntos, el mejor aniversario, las risas… fueron buenos momentos, ¿cierto? Y aunque no todo haya sido miel sobre hojuelas lo mejor, al menos para para ti, es quedarte con los momentos felices sin amargarte con los tristes.
3. Ten por seguro que amarás de nuevo
Tal vez pienses que ya no encontrarás a alguien como él, que te comprenda y te satisfaga; es normal creer que un amor así solo se vivirá una vez en la vida, pero solo es tu tristeza la que habla. Lo bueno de los amores que terminan es que nos enseñan a amar mejor cuando alguien más toca a nuestra puerta.
4. No te conformes con ser la segunda opción
Esto no quiere decir que tu pareja deba dejar de lado toda su vida para que su mundo gire en torno a ti y nadie más. Esto no es sano ya que cada uno debe tener una vida aparte. Pero así como te pasa a ti, lo normal es que los enamorados se vuelvan, de cierta manera, una prioridad y debe existir un genuino interés por acoplar al otro a la rutina diaria.
5. No temas dar rienda suelta a tus emociones
Resulta desgarrador amar a una persona y después ya no tenerla en tu vida, pero si rechazas tus emociones jamás podrás trabajar sobre ellas y mucho menos podrás superarlas. Llora, enójate, decepciónate, deja que afloren todos los sentimientos negativos y luego déjalos ir. Verás cómo respiras más tranquila.
6. Rogar no traerá nada bueno
Aunque sea la primera respuesta instintiva, ¡no lo hagas! Si él ya tomó una decisión esto solo aumentará la tensión y calentará los sentimientos negativos del momento. No tiene ningún sentido forzar algo que ya terminó, lo mejor es darse un espacio y esperar paciente lo que depare el futuro. Aunque tal vez hoy sientas que lo necesitas en tu vida, verás que con el tiempo ese sentir se enfría.
7. Las medias naranjas no existen
Aunque pases días sin querer salir de tu cama y viendo todas sus fotos, tarde o temprano debes entender que la vida no termina pues no necesitas a alguien para vivirla. Estás completa y nadie es la media naranja de nadie. Claro que es bonito tener una relación, pero también es bonito tenerte a ti misma y disfrutar de tu tiempo y tus actividades.
8. Jamás te permitas olvidar a tus amigos
Es algo muy común olvidar a los amigos porque quieres que tus días giren alrededor de tu pareja, pero es esencial que mantengas a tus amistades en las buenas para que te apoyen en las malas. No las hagas a un lado aunque tengas una relación: salgan, hablen, compartan su día. No todo en la vida es el romance, la amistad es invaluable y necesaria.
9. Sonríe a la persona en la que te has convertido
Las relaciones son un antes y un después porque nos cambian, si no en esencia sí nos enseñan lecciones que no podemos ignorar y tal vez hasta sin notarlo vamos madurando. Aprendes lo que quieres y lo que no, agradeces la presencia de las personas pero también valoras tu tiempo a solas. Te estás volviendo más fuerte, inteligente y segura de ti misma.
10. Es posible ser amigos, pero deja que el tiempo lo decida
Pueden intentarlo al momento de terminar la relación, pero simplemente no funcionará, necesitan un tiempo a solas para asimilar que el noviazgo terminó y dejar que los sentimientos y la cabeza se enfríen. Deja que las cosas se den con naturalidad y a su tiempo, si algún día se sienten listos para ser solamente amigos pueden intentarlo, pero mientras haya un sentimiento de angustia en tu corazón es mejor dejar las cosas como están.
11. Nadie nos pertenece
Es una de las cosas más difíciles de aceptar porque incluso durante la relación a veces buscamos controlar cada aspecto de la vida de la pareja, esto se vuelve peor cuando la relación llega a su fin pues podemos obsesionarnos: con quién sale, adónde, estamos al pendiente de él, de sus amigos, etcétera. Debemos entender que nadie tiene derecho a decirle al otro cómo vivir su vida. Así como tú no le perteneces a nadie, nadie te pertenece a ti.