¿Siempre estás hablando de lo mucho que odias al mundo? ¿Te has dado cuenta que entre más pasa el tiempo más intolerante te vuelves? ¿Prefieres quedarte en casa que verle la cara a los chicos nefastos del antro? La verdad es esta: entre más pasa el tiempo, más odiarás al mundo.
Echa una mirada hacia atrás: hace algunos años tenías un montón de amigos, socializar te era sencillo. A donde quiera que fueras hacías buenos amigos, nunca te consideraste tímida, siempre encontrabas gente buena a tu alrededor; ¡era como un regalo del cielo!
Confiabas en muchas personas y les abrías tu corazón sin miedo a ser defraudada. Te mostraste transparente, autentica, única. Creíste que ellos nunca se irían de tu lado, que estarían contigo el día de tu boda y en cada momento importante de tu vida. Eran tan cercanos a tu familia que eran como un miembro más de ella.
Pero, el tiempo pasó, los años transcurrieron: te graduaste de la universidad, conseguiste un empleo de tiempo completo, maduraste, creciste, comenzaste a vivir tu propia vida y las cosas cambiaron totalmente. Los amigos comenzaron a desaparecer, las personas en las que confiabas te defraudaron y se alejaron. Todas esas amistades que juraste serían para siempre, de pronto terminaron.
Claro que no culpas a nadie por perder esas amistades, incluso sabes que fuiste parte de que todo llegará a su fin. Pero al principio te sentiste mal por ello. Perder a un amigo es jodidamente doloroso. Pero al final es lo que pasa con las personas: siempre se alejan. Suena duro, pero es verdad, y todos en algún momento hemos pasado por esto.
Sólo hay una conclusión al respecto: Cuanto mayor te haces, más difícil es hacer amigos, ¿por qué? Pues porque conforme pasan los años más te das cuenta la clase de gente que hay en este mundo, y más intolerante te vuelves, en realidad tienes cierto odio hacia el mundo. Pero ¿sabes algo? Está bien.
Mientras mayor te vuelves menos mierda estás dispuesta a soportar
Cuando eres joven lo único que deseas es tener muchos amigos, mientras más amigos tienes, mejor te sientes. Te preocupa demasiado lo que los demás piensen de ti. Haces un montón de cosas estúpidas sólo por caer bien y ser aceptada.
Esto hace que te rodees de personas tóxicas que sólo destruyen tu vida. Lo peor es que ni siquiera te das cuenta. Estás tan enfrascada en sentirte aceptada que ignoras las señales de advertencia que la vida te presenta.
Conforme el tiempo pasa y vas madurando, te das cuenta que no estás dispuesta a seguir haciendo esa clase de estupideces. Ya no te interesa ‘quedar bien’, ahora sabes que si alguien no está dispuesto a poner de su parte para sostener la amistad, entonces no merece estar en tu vida. No tienes tiempo para tolerar tonterías. Ahora sabes que prefieres pasar ti tiempo sola, que con personas que sólo intoxican tu vida.
Mientras mayor te vuelves, menos te preocupas por hacer nuevos amigos
Llega el punto en el que hacer amigos nuevos ya no es una prioridad en tu vida. Claro que aún eres una persona amigable, hablas con las personas, sales a pasear, haces planes con tus compañeros de trabajo y con los pocos amigos que aún quedan en tu vida, pero realmente ya no te interesa hacer nuevos amigos.
Estás más interesada en otras cosas que en encontrar un nuevo mejor amigo. Sabes que tienes a tu familia y a los pocos y verdaderos amigos que quedan en tu vida y con eso es suficiente.
Mientras mayor te haces, menos confías en las personas
Si algo te enseña la vida cuando creces es que las personas son una mierda. No todas, pero sí la mayoría. Cuando eres niña crees que las personas sólo tienen buenas intenciones, confías en ellas de corazón. Pero, cuando creces, te das cuenta de una gran verdad: Las personas siempre buscan su propio beneficio y muy pocas veces les interesará si tienen que pasar por encima de ti para conseguirlo.
Es sorprendente ver cómo con los años pierdes tantas amistades. Es cruel, pero cierto, las personas que considerabas tus mejores amigos, te abandonan. Por suerte, lo has comprendido y ahora es mucho más fácil asimilar que la mayoría de las personas sólo son fugaces en tu vida.
Mientras mayor te haces, menos estás dispuesta a poner a alguien antes que tú
Cuando dejas de preocuparte por las demás personas y empiezas a amarte y preocuparte primero por ti misma, es cuando las cosas cambian para bien. Algo se enciende y marca la diferencia entre la edad adulta y la edad adulta real.
Dejas de hacer cosas sólo para agradar a los demás y comienzas a hacer cosas para hacerte feliz a ti misma. Muchas amistades se alejan debido a esto, pero has entendido que debes dejar de permitir que las personas te traten como una basura; los demás no lo verán, pero es la mejor decisión para tu vida.
Cuando mayor te haces dejas de buscar un compañero para tu vida, una mejor amiga o amigo que esté contigo en todo momento y hasta el día de tu muerte. En su lugar, comienzas a amarte a ti misma, a disfrutar de tu compañía y a ser feliz con lo que tú misma puedes ofrecerte.