El tiempo no puede serlo todo, pero nos brinda los medios para encontrar las oportunidades en la vida cuando estamos mental y físicamente preparados para conquistarlas. Las estrellas se tienen que alinear correctamente para que puedas sacar el máximo provecho de todo. Por desgracia, la mayor parte del tiempo, está fuera de nuestras manos. Siempre hay otros factores y otras personas involucradas.
Hacer las cosas bien es, en parte, suerte. No todo es suerte, por supuesto, ya que tienes el control sobre ti misma y sobre cuándo estás lista para hacer las cosas. Pero a veces no tienes el control de nada en absoluto. Para encontrar la fortuna, la naturaleza –por no decir el universo– tiene que estar en lo correcto, y tu mente tiene que estar en el lugar correcto también.
Si estas buscando la felicidad en el amor, tienes que ser sensible a la línea del pensamiento de tu pareja. No es suficiente con sentirte lista para el amor: si tu pareja no lo está, van a fracasar.
La felicidad en sí depende de los factores que afectan tu estado de ánimo y tus percepciones. Aquí es donde entra en juego el tiempo como algo esencial. Si quieres llegar a un determinado lugar en la vida, es necesario calcular la transición y el tiempo que necesitas para llegar ahí. Pero, ¿cómo puedes ver algo con exactitud cuando hay tantos factores totalmente fuera de nuestro control? Bueno, la verdad es que no puedes. Nunca se puede medir el tiempo, y las cosas correctas dependen de un poco de suerte o de fe.
No hay un “momento adecuado” para el amor, el éxito o la felicidad. Y esto no se debe a que el momento adecuado en realidad exista. Pero tú no sabrás cuándo hasta que estés ahí. Sin embargo, hay algunas maneras en las que puedes mejorar tu sentido del tiempo justo (incluso si no puedes predecirlo).
1. Sé inteligente y observadora
Si bien no puedes ser capaz de ver o entender todas las variables en el juego, no dejes de hacer todo lo posible para tratar de descifrarlas.
Mantén tus ojos bien abiertos. Haz preguntas. Desafía tus creencias y a la forma en la que ves al mundo y a los que te rodean. Los seres humanos somos menos observadores cuando pasamos más tiempo en un solo lugar. El instinto de observación se activa cando nos encontramos en un lugar que no conocemos; es parte de nuestro mecanismo de supervivencia.
Si quieres dejar llegar a algún lugar nuevo –un lugar mejor– entonces vas a tener que mantener los ojos bien abiertos para buscar una salida.
Esto se aplica para conseguir al hombre de tus sueños o la carrera que siempre esperaste. Antes de que puedas llegar al siguiente nivel necesitas entender exactamente dónde te encuentras en este momento. Debes entender la situación actual para que puedas aprender cómo ajustarte y adaptarte a tus sueños y esperanzas.
2. No apresures las cosas, pero nunca te rindas
Empujar por empujar no tiene ningún resultado positivo. Puedes empujar contra una pared de ladrillo todo lo que quieras, pero hasta que encuentres un camino a través o alrededor, no vas a hacer ningún progreso.
Y no trates de encontrar atajos, porque no existen atajos en la vida. Si vas a hacer algo, has las cosas bien o no las hagas en absoluto. Lo más importante es no dejar de perseguir lo que sea que estés persiguiendo. Te alegraría saber que todo resulta mejor cuando intentamos menos que cualquier cosa suceda.
Los grandes suelen encontrar el éxito una vez que el mundo se ha dado por vencido. A veces negarte a abandonar la carrera es suficiente para ganar.
3. Nunca te compares con los demás
La única persona con la que debes compararte es con la que tú eras ayer.
Aprende de tus errores. Aprende de tus fracasos. Aprende de tus éxitos. Competir con otros es una causa perdida que no vas a ganar porque no se puede superar a otras personas: sé una mejor versión de la que eras ayer. Sé una mejor atleta, empleada, empresaria, amante, compañera.
Siempre esfuérzate en mejorar a la única persona que eres. Este es un pequeño secreto que muy pocos entienden, y es una forma de acercarte cada día a ser feliz.
La felicidad es difícil de alcanzar debido a que las circunstancias de la vida siempre son cambiantes, pero algo que la define es que marca una diferencia con respecto a las ocasiones anteriores. La felicidad significa que has experimentando una diferencia positiva en tu vida y que estás contenta con tu vida ahora.
Las cosas nunca serán perfectas. Nunca serán exactamente como tú quieres que sean. Sin importar el tema, nada es perfecto: la perfección existe sólo en nuestras cabezas. A cambio, puedes intentar ser feliz. Recuérdate a ti misma las veces en la vida en las que no lo eras y piensa en la diferencias positivas que has hecho. Sigue trabajando en ti y te darás cuenta de que la elección de ser feliz es más fácil.