Dicen que existen jóvenes de 90 años y viejos de 15 o 20 años. Esta frase podría estar sustentada en una romántica pareja de enamorados, conformada por Branca, de 96 años, y Marcelino, de 100, a quienes la edad no les ha impedido disfrutar de su ilusión como cualquier otra pareja joven.
Su historia nos llena de esperanza a los “forever alone”, pues podrían pasar bastantes años para que nuestra alma gemela se presente en nuestras vidas y poder celebrar con ella el amor como estos afortunados ancianitos.
Su historia de amor es simple, pues, según relató la pareja al canal brasileño G1 Globo News, la relación comenzó aproximadamente hace dos años, cuando Marcelino fue a pasar una temporada en una casa de retiro, en Campinas, Brasil, lugar en donde Branca vive. En cuanto la vio, supo que era amor a primera vista.
Decidido, Marcelino supo que tenía que hacer algo para estar cerca de su crush, así que pidió una solicitud para ingresar permanentemente a la casa de retiro. La respuesta tardó en llegar aproximadamente un año, pero, finalmente, pudo concretarse.
Además, una cuidadora de la casa contó al medio lo mucho que la relación de Branca y Marcelino conmueve, pues desde el primer momento, ambos mantuvieron una amistad muy fuerte.
Ella sale de su cuarto y va al cuarto de él, a hablar con él, le da los buenos días, y lo besa. ¿Sabes? Siempre cuidándolo.
Por su parte, Branca se describe a sí misma como una mujer muy romántica. Además, menciona que no faltan motivos para enamorar a su novio con detalles, incluso decoró la habitación de Marcelino con peluches y muñecos de trapo.
Marcelino y Branca son viudos. Quienes los cuidan dicen que entre ellos muestras de cariño nunca faltan. Siempre mantienen las manos entrelazadas, se besan y acarician con ternura. Por lo tanto, al fortalecerse su relación, resultó inevitable dar el siguiente paso.
El sitio en donde se conocieron se decoró cuidando cada detalle para convertirse en un salón de fiestas, donde montones de globos blancos resaltaban para festejar esta bella boda, a la que sus respectivos hijos asistieron para acompañar a sus padres en ese día tan especial.
Conmovidos hasta las lágrimas, los abuelitos acudieron a la cita para celebrar su unión. La preciosa novia caminó hasta el altar tomada del brazo de su hijo, mientras su emocionado novio la contemplaba lleno de amor.
Al final de la ceremonia, todos terminaron llorando de felicidad, pues la ternura que esta pareja provocó conmovió a los asistentes. Marilinda Ribeiro dos Santos, hija de Marcelino, comentó que su amor era muy puro.
Todo este amor de por medio, amor desinteresado, amor puro, ¿no? Y es mucho cariño. Creo que todo esto que es muy conmovedor, muy cierto, muy puro.
No cabe duda de que el amor es contagioso, pues, según Andreia García Jagucheski, propietaria de la residencia, la hermosa relación de Branca y Marcelino provocó que todos se sintieran llenos de positivismo y esperanza en la casa, ya que estar en un asilo de ancianos no significa que sea el final.
Ver las imágenes de estos tiernos abuelitos es realmente conmovedor, pues aunque rondan el siglo de edad y el tiempo no ha perdonado la lozanía de sus cuerpos, sus corazones laten unidos al sentirse enamorados y más vivos que nunca.