Algún día conocerás una persona que te vea como realmente eres y no se irá. Se quedará junto a ti, escuchando tus problemas, sin juzgarte. Se va a acostar en tu regazo y va a acariciarte y mientras te dirá cuánto te ama y lo que ha esperado por encontrar a alguien como tú. En algún momento, esa persona te dará la mano y te hará sentir que la vida es preciosa, que todo tiene sentido, que si alguna vez lloraste, esas lágrimas han quedado en el pasado porque es momento de vivir el amor verdadero.
Y el miedo que alguna vez sentiste se irá y en su lugar llegará la certeza, esa seguridad que siempre habías buscado, porque ese hombre definitivamente será diferente al resto Él verá tus defectos y los amará y luchará cada día para ser mejor para ti, para alegrar tu día. Cada mañana te verá perfecta con todo y tu cabello revuelto, te servirá un café y te deseará lo mejor para la jornada.
En tus derrotas te levantará y en tus triunfos cantará por ti. Y en sus ojos podrás ver el futuro, conversarán por horas de todo y de nada, aprenderán a cocinar juntos, a compartir sus miedos y a superarlos. Ambos entenderán que fueron lo mejor que pudo haber ocurrido en sus vidas. Será tu mejor amigo y no se ocultarán nada, estarán dispuestos a todo.
Al regresar a casa, encontrarás por primera vez que no te asusta asumir ese riesgo, que de hecho lo habías esperado desde siempre, porque los pequeños detalles te harán entender que él es lo que anhelabas. Y te sentirás libre a su lado, libre de correr y de hacer lo que siempre habías soñado; no te dejarás llevar por la pasión, sino por una ternura que te será correspondida.
Solo espera con paciencia y ese maravilloso hombre por el que has esperado y por el que darías todo llegará, porque no importa lo que los demás digan, tú siempre serás digna de un amor inigualable, porque eso que siempre has soñado existe y quizá esté donde menos lo esperes.