Le he dado vuelta a las cosas por mucho tiempo y creo que llegué a una conclusión tan obvia que no sé por qué no me di cuenta antes: yo tuve tanta culpa como tú, yo me traicioné y y me enamoré de ti.
Sí, aunque no eras mi tipo, me caías bien y de una u otra forma fuiste haciendo algo que me enamoró. Mis miradas eran para ti, me arreglaba y hacía lo que te agradaba, y aunque me sentía bien, ahora entiendo que no tenía porque ser de esa manera.
Me equivoqué en pensar que el tenerte a mi lado era lo mejor que me había pasado; me equivoqué en pensar que compartir mi vida contigo era la mejor inversión que estaba haciendo con mi tiempo; me equivoqué al pensar que eras mi plan a largo plazo y que no había que buscar más.
Pero hubo un click, algo que me hizo despertar y darme cuenta que no, que simplemente mentía; que mi corazón estaba muriendo y solo latía por inercia; que no era yo sino quien tú querías que fuera. Sí, yo fui quien facilitó todo, por eso sé que no solo tú tienes la culpa; me hiciste pedazos y ahora trato de pegar lo que queda de mi.
Me veo en el espejo y no me reconozco. Físicamente soy la misma pero no me siento yo, no me veo como yo, ni siquiera creo moverme como lo hacía; y así frente a mi reflejo desconocido ahora lloro, río y recorre mi cuerpo un escalofrío de pensar que ya no estás y que fui yo quien te dijo adiós.
Fue difícil tomar la decisión de seguir adelante y dejarte de lado, respirar por mi misma, y aunque sigue doliendo, tal vez en algún momento, espero no muy lejano, algo de mi viejo yo pueda surgir de nuevo.