¿Cuántas veces te has engañado a ti misma pensando que el hombre que está a tu lado te ama, a pesar de las veces que no llegó, de los mensajes que no contestó, de las mentiras, de la indiferencia? Ese hombre que promete amor eterno, pero después te deja sola, ya no es el mismo que intentó conquistarte. Quizás te amó, pero ha llegado el momento de entender que el amor tiene fecha de caducidad, que si no está dispuesto a seguir luchando por ti lo mejor será darle la mano y despedirse dignamente. Porque llegará el momento en que ni tú misma sabrás amarte y dejarás de lado tus deseos por tratar de rescatar un amor marchito.
¿Qué te detiene? El miedo al fracaso, verlo con otra, tal vez el miedo a la soledad. Pero sabes que esa no eres tú, que mereces algo mejor: un amor correspondido, un amor fuerte que te valore. Atrévete a dejar atrás lo que ya no tiene remedio y camina a paso firme hacia tu libertad.
Dicen que siempre hay alguien dispuesto a darte el amor que mereces; en algún rincón desconocido de la ciudad se esconde ese príncipe encantado. Y tal vez no será lo que siempre habías buscado, sino alguien mejor, alguien que se convierta en tu amigo, en un compañero de vida, en un cómplice. Alguien con quien podrás hablar de cualquier tema, que te escuche con atención, que tenga una opinión. Un hombre que te abrace y te quite las dudas, que con solo una mirada te hará comprender cuánto te desea.
Si te das la oportunidad de conocerte y amarte a ti misma, dejarás de sentirte sola y, entonces, tu brillo atraerá a ese por el que siempre has esperado. Y sentirás que todo ha valido la pena y nada importa ya, porque estarás al lado del hombre que por derecho divino te corresponde.
Deja que te conozca, deja que te sienta, que te ame. Comprenderás que todo lo vivido tuvo una razón de ser y que no volverás a la soledad jamás. Porque el amor verdadero es recíproco, porque cuando alguien te ama no duda, lo sabe, lucha por ti.
Debes aprender a perder cuando alguien no te merece y a esperar a que llegue el hombre que te hará sentir como si fueras perfecta, aunque no lo seas, pero para él no habrá nadie más en este mundo que valga ni la mitad de lo que vale tu sonrisa. Porque no te cambiaría nunca por nada del mundo, porque serás su salvación para esta realidad que lleva a la locura.