En ocasiones nos aferramos tanto a una relación por costumbre, por idealización o porque de verdad creemos que es la persona correcta, que somos capaces de recurrir a cualquier artimaña con tal de retener a esa persona a nuestro lado. Sin embargo, cuando una relación no da para más, hacer esto es como dar ‘patadas de ahogado’, y lo único que se consigue es hundir más la relación.
Y hablando de intrigas, el chantaje es una de las tretas que los humanos aprendemos desde que somos bebés, y que en determinado momento aprovechamos para conseguir lo que queremos. En el chantaje siempre hay dos involucrados: el chantajista emocional que se aprovecha de las debilidades del otro para manipularlo, y el objeto del chantaje cede ante los reproches, enojo, amenazas o lágrimas de su pareja para hacer lo que él o ella quiere. Estos son los 10 chantajes emocionales que deberías evitar si quieres conservar sana tu relación:
1. Aplicar la ley del hielo
No decir lo que sientes, particularmente las cosas que te molestan, conduce al resentimiento. Lo mejor es que evites permanecer callada como chantaje hacia tu pareja; mejor respira profundo e intenta explicar lo que sientes sin que suene como una acusación. La honestidad, la apertura y la transparencia son la clave de una relación sana.
2. Ser obsesiva compulsiva
Lo primero que debes entender es que estás en una relación de pareja, y eso no significa que hayas adquirido una propiedad. La otra persona te pertenece únicamente en la medida en que decide quedarse a tu lado porque así lo desea, pero los celos y la inseguridad podrían echar abajo todo. Si tienes conductas obsesivas, reflexiona sobre el lugar en el que te encuentras en la relación; esto podría convertirse más en una enfermedad que en amor.
3. No decirle las cosas que sientes por él
Es posible que después de un tiempo juntos, creas que tu pareja no necesita saberse amado o que es algo que se asume por el tiempo que llevan. También puede ser que te sientas tan cómoda que saques tu peor cara frente a él. A todos nos gusta que nos recuerden lo especiales que somos y un ‘te amo’ puede ahorrarte muchos problemas en el futuro.
4. No escuchar
Los sentimientos de alegría o ira pueden llevarnos a olvidar que hay otra persona ahí enfrente; nos centramos tanto en nuestras emociones que no escuchamos lo que él tiene que decir o las razones que desea exponer.
5. Prometer y no cumplir
No hay hay nada tan dañino para una relación que hacer promesas que no puedes cumplir. Cuando caes en este tipo de conductas, sólo logras que pierda la confianza en ti, ya no te creerá y quizá dejará de esperar cualquier cosa que venga de ti.
6. Hacerte la víctima
Este tipo de chantaje emocional implica una exigencia disfrazada de sentimientos de lástima y culpa. ¿Alguna vez lloraste para lograr que te perdonen? Este es tu caso. El problema es que cuando realmente llores por algo, no te creerán.
7. Hacerlo sentir culpable
La crítica se usa para que una persona se sienta culpable y así corrija su actitud o su comportamiento. Si lo haces de manera constante, tienes un problema. Mejor sé sincera con él y no utilices sus fallas cómo excusa para castigarlo o hacerlo sentir mal. No es probable que cambie y si lo hace, no durará mucho.
8. Dar para recibir
En este tipo de chantaje emocional, se ofrece ayuda o favores como un modo de atar a otra persona y favorecer su obediencia o lealtad; por ejemplo darle un gran regalo de aniversario, pensando que te daría uno igual o mejor.
9. El autocastigo
Forzar una relación no tiene sentido. Si recurres a este tipo de chantaje, solo te harás daño a ti misma, porque él se quedará contigo sólo por obligación o por lastima.
10. Sacar a flote cosas del pasado
Cuando chantajear con hechos presentes no resulta, el chantajista recurre al pasado, y si el otro comienza a ceder ante las pretensiones del chantajista, comienza un circulo vicioso difícil de romper, porque refuerza la conducta del que presiona para hacerlo con otros temas grandes, y quien se deja presionar entra en un círculo de miedo en donde cada vez es más complicado enfrentar el control del otro.