Una de las peores traiciones que puedes recibir en una relación amorosa es la infidelidad. Por eso, perdonar un engaño es muy complicado y, a veces, hasta imposible. Así que si en alguna ocasión tienes oportunidad de estar con alguien que no sea tu pareja, piensa si en verdad vale o no la pena.
Tal vez tu pareja y tú estén distanciados o la rutina se apoderó de su relación y la tornó aburrida; tal vez sientes que no recibes el afecto ni la atención que mereces o quizá ya no estás enamorada. Sea cual sea la razón, no hay justificación para ser infiel y estas son las razones por las cuales no deberías hacerlo.
1. No saldrá nada bueno
Si crees que el chico con el que le serás infiel a tu pareja es tu príncipe azul y vivirán felices para siempre, estás equivocada. Lo que empieza mal, termina peor. Pero si realmente estás convencida de que es el indicado para una relación, entonces termina primero con tu pareja y después intenta algo.
2. Alguien saldrá dañado
Tu pareja, el amante o tú. No importa si crees que se lo merece o si piensas que es su culpa por no prestarte la suficiente atención, por no acurrucarse contigo en las noches, por no quedarse en casa a ver Netflix un sábado por la noche… o cualquier otra cosa que pienses para justificar tu acción. De igual manera saldrá dañado.
3. Te sentirás culpable
Claro que te sentirás culpable si le eres infiel a tu pareja. Por más consciente que estés de la situación, eres una persona que siente y la culpa no te dejará en paz durante algún tiempo, por más que lo quiera ignorar. Siempre pregúntate: ¿es necesario?
4. Probablemente no valga la pena
Lo más probable es que él sea un tipo común y corriente y que su encuentro no pase de una simple aventura. Así que, ¿por qué perder el amor de alguien por unas cuantas horas de placer?
5. Hay mejores opciones
Si la relación entre tu pareja y tú va mal, háblenlo. Probablemente comunicando su sentir puedan llegar a un acuerdo y solucionar la situación; si de plano ya no tiene arreglo, entonces termina con él. Dense tiempo para pensar las cosas y ver si en realidad ya se apagó la llama del amor.