El tiempo se va y lo único que nos queda es disfrutar las vivencias. Conforme pasan los días, las semanas, los meses, los años, adquirimos nuevas memorias; aprendemos cosas nuevas en materia escolar y en experiencia de vida. No somos las mismas cuando tenemos 10, 15 o 20 años, esos días no pasan en vano y siempre nos dejan nuevos conocimientos.
Es normal que conforme vayamos creciendo aspiremos a algo mejor y busquemos más estabilidad, conocer otras mentalidades y personas que nos inspiren a seguir evolucionando. Muchas veces los chicos de nuestra edad no pueden ofrecernos eso porque su mente aún vive en una etapa que nosotros ya dejamos atrás. Es precisamente cuando podemos encontrar la sintonía que buscamos con varones con más años vividos.
1. Saben cómo funciona el mundo
Así sea que nuestro galán experimentado nos lleve un año o 10, esos días se convierten en conocimiento. Es normal que tengan más sabiduría sobre el mundo que nosotras, pues han estado ahí fuera unos meses o años extra. Así que sabrán cómo hacer un buen currículo o cómo actuar en una entrevista de trabajo, y tendrán los mejores consejos para nosotras.
2. Te ayudan a encontrar el camino
Muchas veces nuestra vida se vuelve caótica debido a nuestras emociones o carga de estrés y terminamos sintiéndonos perdidas. Un chico unos años más grande ya ha atravesado por esa avalancha de pensamientos propios de ciertas etapas de la vida. Puede ayudarnos a disolver los retos que vienen de la vida y a hacer nuestro camino más ligero.
3. Siempre te enseñan algo nuevo
La fuente del conocimiento se construye con los años, un chico que tenga afición por el cine, la música, la literatura y la ciencia siempre tendrá una buena conversación. Esos datos interesantes los compartirá contigo, es la persona para hablar de sentimientos, filosofía y para preguntarle sobre los existencialismos de la vida.
4. Te dan buenos consejos
Cuando las advertencias te las dan tus padres puede resultar molesto, pues la brecha generacional es inmensa. Pero una persona que solo nos lleva tres o cinco años sabe cómo funciona esa parte que estamos experimentando, desde entregar proyectos finales, dormir tres horas al día en exámenes finales o la búsqueda de empleo. Por eso los consejos que nos pueden dar para aligerar nuestra vida estudiantil pueden resultar muy útiles si ellos ya lo vivieron.
5. Pueden dejarse crecer la barba
La barba de un jovenzuelo está llena de huecos, mientras que la de un chico más grande será rebosante. Si preferimos ese look de leñador y aire varonil que lleva un hombre con vello facial abundante, considerémoslo una ventaja extra.
6. Transmiten confianza y conocimiento
Es más fácil confiar en alguien más experimentado, pues vemos la entereza emocional que viene con esta persona. Además, en su memoria hay más conocimiento para vivir de una mejor manera. Es más difícil que nos traicionen, pues es posible que ellos hayan experimentado ya un dolor así y prefieran evitarnos ese tipo de desaire.
7. Saben que no quieres perder tu tiempo
Si nos sentimos listas para entrar en una relación sentimental, la mejor opción es un chico maduro. Ya sabe lo que espera de la vida y si está listo para pasar meses conquistándonos, compartiendo y experimentando nuevas vivencias con nosotras.
8. Son alguien a quien admirar
Generalmente admiramos a nuestros mayores. Si nosotras estamos en la universidad y vemos a nuestra hermana más grande en un buen puesto de trabajo, con una pareja estable y un auto nuevo nos inspirará a seguir haciendo las cosas con empeño para tener un futuro similar. Pasa lo mismo con una pareja mayor: si vemos a esa persona exitosa, respetuosa y amorosa, querremos ser así.
9. Adiós a las escenas de celos
Un chico maduro es generalmente más seguro de sí mismo, sabe que si estamos con ellos es por un acuerdo de respeto mutuo. Así que confiará en nosotras; el resto es solo no traicionar ese sentimiento.
10. Nos enseñan sobre sus errores
Nadie es perfecto, incluso un chico que nos lleve cinco años ha errado en la vida; la perfección viene de cometer errores y trabajar para repararlos. Muchas veces es de donde salen las más grandes experiencias de vida y un chico maduro tendrá anécdotas que contar.
11. Querrán conocer a la familia
Al menos no se morirá de nervios en cada convivencia familiar, puede terminar siendo el partido que nuestros padres esperan. Quizás hasta se lleve bien con ellos, por eso de la edad.
12. Son muy lindos con los niños
Los chicos de veintitantos son muy lindos sosteniendo bebés, nunca falta el que cuidó a sus hermanos menores y se ven divinos jugando con ellos. Quizás no es el tiempo de casarnos o formar una familia, pero es lindo estar con alguien que algún día querrá eso.
13. Tienen sus propios amigos
Tiene su propio horario y su círculo social, seguramente estará lleno de gente interesante con la que pasará su tiempo cuando nosotras no podamos estar con él. Es una oportunidad para conocer nuevas personas que también vendrán con experiencia.
14. Querrán verte cuando sea apropiado
Muchas veces los chicos menores son más necesitados de tiempo y afecto, a veces la carga escolar o laboral no da tiempo para invertir horas en nuestro galán. Un hombre maduro es paciente y sabrá que cuando no queremos verlo es por una buena razón.
15. Son todos unos caballeros
Tienen la caballerosidad inculcada, es normal si nos abren la puerta, pagan la cuenta y nos llaman al día siguiente después de una cita. Podemos esperar flores de vez en cuando y gestos amables de su parte.