Los introvertidos a los que les gusta salir son una mezcla única de las características que tiene una persona extrovertida y una introvertida. A diferencia de los extrovertidos, confían más en sus propios instintos y en la lógica para tomar decisiones y formar creencias, así que básicamente se tratan de la pieza más compleja y satisfactoria de los rompecabezas. Tienen capas profundas de locura y sentimientos, como las cebollas.
Estas son 10 cosas que debes de saber antes de salir con un introvertido al que le gusta socializar.
1. Cuando nos vemos después de un largo día, podría estar irritable y no querer hablar
No tiene nada que ver contigo. Los introvertidos, cuando nos enfrentamos a una intensa interacción social, a menudo necesitamos recargar ‘baterías’. Tenemos que descansar y recuperarnos de esa descarga de energía, por lo general solos.
2. Somos criaturas encantadoras y podemos ser el alma de la fiesta, pero…
No te sorprendas si aún en medio de una reunión, de pronto podemos cavilar dentro de nuestra mente o alejarnos un poco. Muchos a menudo nos confunden con personas extrovertidas, pero debemos compensar nuestro lado introvertido para ser nosotros mismos.
3. Si me gustas, realmente lo harás
Los introvertidos ‘sociales’ no perdemos nuestro tiempo con la gente con la que no nos vuelve completamente locos. Si nos ponemos de acuerdo para tener una cita, es porque realmente nos gusta esa persona. (Tómalo como un gran cumplido)
4. Algunas veces podré sonarte rara cuando hablemos por teléfono
Así como podemos hablar durante horas, a veces no somos tan buenos para responder y hablar por teléfono. Una característica de los introvertidos sociales es que a veces evitamos todas las llamadas, incluso de nuestros amigos más cercanos, porque odiamos que nos distraigan cuando necesitamos concentrarnos o pensar (y siempre estamos pensando en algo).
Nuestra mente no cambia de dirección fácilmente, así que no te sientas afectado por el tono de nuestra voz, y ten por seguro que regresaremos la llamada en cuanto estemos listos.
5. En persona, voy a escucharte durante horas
La introversión nos convierte en buenos oyentes. Siempre estaremos naturalmente en sintonía con cómo te sientes, y para alguien que nos gusta o para los amigos, vamos a tener tiempo de vernos. Casi sin excepciones.
6. Tenemos que probar las aguas primero
Necesitamos tiempo para conocer a las otras personas. Tendemos a no exteriorizar nuestros sentimientos y procuramos no derramar nuestra historia de vida entera en la primera hora de conocerte. La cosa cambia cuando ya existe una relación construida, y confianza.
7. Nuestro nivel de energía depende de nuestro ambiente
A veces podemos molestarnos fácilmente. Si convivimos con otros, podemos obtener nuestra energía de la misma interacción humana. Pero si no, podemos caer en la introspección y nos encerraremos en nosotros mismos.
Somos un poco impredecibles y en general, socialmente selectivos, pero no porque no nos guste la gente –en realidad es todo lo contrario–. Pero tenemos aversión a las barreras en las charlas, y eso es algo que tratamos de evitar a toda costa.
8. Algo que odiamos es la primera cita
Tal vez es porque nos gusta charlar sobre cosas más profundas, y hay muchos lugares ‘no auténticos’ a donde suele ir uno en una cita. Ahí vamos a tener que sentarnos torpemente, viéndonos de frente para “conocernos” con las típicas preguntas.
9. Pensarás que somos las personas más coquetas del universo
Bueno, así está la cosa: cuando inevitablemente tenemos que hablar con la gente, hacemos que parezca que no hay nada más interesante en el mundo que preferiríamos estar haciendo. Es porque somos demasiado sensibles, y esa es la manera en la que hacemos que las personas se sientan cómodas y felices.
10. Podemos ver a través de las tonterías
Así que no trates de engañarnos. Somos un poco como un detector de mentiras. Siempre vamos a averiguar la verdad (¡muajaja, es broma). Pero de verdad, a menudo tenemos buen ojo para distinguir cada detalle, y notamos cosas que se le pueden escapar a los que te rodean.