Pasar el tiempo con tu pareja es un placer, es cuando se crean los recuerdos que afianzan la relación, por eso cuando comencé a salir contigo, hice un gran esfuerzo para que todo fuera perfecto. Y tú también estuviste conmigo, eras el primero en proponer una cita: ir la cine, comer juntos, caminar por el parque. A pesar de tener una agenda ocupada, siempre estuviste dispuesto a apartar un ratito para mí.
Conforme crecía lo nuestro, nos acostumbramos el uno al otro, sabíamos que podíamos contar con nuestro apoyo en cualquier momento, tú siempre estabas a mi lado y yo me sentía feliz y dispuesta a convertirte en mi prioridad número uno.
A pesar de las dificultades, siempre encontramos tiempo para compartir, ver una película y reírnos del mundo, eramos cómplices, amantes, amigos. Pero todo eso quedó en el olvido, después de una hermosa euforia del amor, ambos desgastamos lo nuestro.
Pronto comenzaste a pedirme tiempo para ti, y yo estuve de acuerdo, de cierta forma fui la causante de dejar que ese fantástico mundo que creamos juntos se derrumbara, permitiendo que cada uno siguiera su camino, pero sin tener el valor de pedirte que te quedaras conmigo, no quería hartarte o molestar, pensé que si algún día me necesitabas, me buscarías.
Pero perdimos la confianza y antes de pensar en mí acudías a otras personas, cada vez nos fuimos distanciando más, hasta llegar a un punto sin retorno. El amor que un día nos juramos había quedado en el ayer y no supimos hacerlo regresar. Ni tu me buscabas, ni yo te extrañaba. Puede sonar muy rudo, pero esa era la realidad.
A pesar del dolor de saber que te estaba perdiendo, dejé que pasara, porque esperaba que tú reaccionaras y te dieras cuenta de lo que estaba pasando. No sé si lo hiciste, pero nunca lo remediaste y un día llegó el momento de decirte adiós.
Espero que el tiempo te haga comprender que para estar al lado de una mujer que te ame, también tú necesitas dedicarle tiempo y esfuerzo, no puedes dejar que las demás personas resuelvan tus problemas siempre. Yo sé que pude haber hecho algo para no dejarnos vencer, pero no podía luchar sola y nunca vi intención de tu parte por permanecer a mi lado.
No lamento nada de lo que vivimos, pues me enseñaste mucho y me hiciste feliz, pero se ha terminado y no hay marcha atrás, te deseo buena suerte y espero que en el futuro puedas valorar el amor que alguien te brinda y no dejes que se pierda por pereza, por vanidad o por orgullo.