Dicen que el amor es el mejor maestro. Gracias a él aprenderás más de lo que podrías aprender en un salón de clases o en un libro. La razón es muy simple, sentimos más cuando estamos enamorados.
Los seres humanos aprendemos a través de los sentidos, procesando e interpretando la información recolectada por ellos. Nuestro cerebro libera sustancias químicas asociadas con las sensaciones emocionales que experimentamos, y son éstas las que nos permiten percibir la vida en hipervelocidad. Por eso nos sentimos más vivos cuando estamos enamorados.
Estar enamorado es lo mejor del mundo.
Hasta que te enamoras no sabes lo que significa vivir. Bueno, para ser más exactos, hasta que te enamoras y tienes el corazón roto, no sabes el significado de vivir. Por otro lado, hasta que tengas el corazón roto, no entenderás lo que es verdaderamente el amor.
Como seres humanos, aprendemos mejor de la pérdida. Valoramos más a las personas y las cosas después de haberlas perdido.
Seguramente habrás imaginado alguna vez lo que debe sentirse perder a una persona que amas, pero es hasta que realmente la pierdes o estas a punto de perderla cuando entiendes completamente lo que él o ella significa para ti.
Aprendemos cuando somos lastimados por otros; cuando nuestros mejores esfuerzos no son lo suficientemente buenos; cuando fallamos. El éxito no es un buen maestro.
En cuanto perdemos algo, en el instante que tomamos conciencia del ahora espacio vacío que hay en nuestra vida y que alguna vez estuvo ocupado por algo hermoso, incluso si ese “algo” era sólo el sueño de tener lo que ahora sabes que nunca vas a poder tener, duele.
El amor te puede enseñar casi todo lo que necesitas saber acerca de la vida. Por ejemplo, te puede enseñar que a veces no importa lo mucho que ames a una persona, esa persona simplemente no te amará a ti.
También te puede enseñar que hay muchos niveles de amor, y que todos y cada uno de nosotros amamos de una manera diferente. Te puede enseñar que a veces no te queda más remedio que amar a alguien que no te amará tanto como tú le amas.
De hecho, a menudo nos enamoramos y seguimos amando a quien no nos corresponde con la misma pasión.
La mayoría tenemos un problema al momento de distinguir entre el amor romántico y el amor verdadero. El amor romántico es más bien una especie de obsesión hacia lo que se quiere tener, y éste es el que nos hace querer lo que no podemos tener.
El amor romántico hace que nuestra imaginación convierta a una persona en algo bueno y especial. Lo peor de todo es que nos encanta estar en el amor romántico, no importa lo mucho que duela.
El estar enamorado de alguien que nunca te amará de la misma manera te sacude el corazón, pero te encanta. No lo malinterpretes, duele, duele mucho. Pero al mismo tiempo te hace sentir más vivo.
Esto abre un lado de la vida y una parte de ti mismo que no sabías que existía. Es el tipo de dolor que nunca se olvida, pero que recuerdas con una especie de cariño y nostalgia.
Hay una delgada línea entre el dolor y el placer. El amor romántico se ubica en esa ella.