Crecimos con la idea de que tenemos que encontrar a nuestra media naranja para que todo funcione de la manera correcta. Mientras tanto, vamos probando uno que otro limón, pero siempre con el firme objetivo de hallar a esa persona ideal.
Sin embargo, entre más crecemos, más nos damos cuenta de que las relaciones son complicadas y que es poco probable que llegue esa pieza totalmente hecha a nuestra medida. Así que decidimos darle una oportunidad a quién es totalmente opuesto a lo que alguna vez deseamos y está bien, no pasa nada. Debemos entender que no tenemos que casarnos con ese ser perfecto.
Aunque no lo creas, tu alma gemela no es aquella con la que soñaste ni el príncipe de armadura brillante. A lo largo de tu vida conocerás infinidad de personas y cada una tendrá una cualidad que te atraerá, pero también habrá detalles que te harán alejarte de inmediato.
Se dice que en la vida tendrás tres amores que lograrán marcarte para siempre. En el primero importa cómo te ves y no cómo te sientes. Este es quien te muestra el lado rosa del amor, con quien vives tus primeras experiencias y te hace sentir como en un cuento de hadas eterno. Por desgracia, un día solo desaparece junto con todas las promesas y te deja el corazón roto. Sin embargo, te ayuda a crecer y a madurar.
El segundo es el amor que idealizas. Ves que todo lo que rodea a esa persona es perfecto, aunque la realidad sea muy distinta. Pero con este amor en realidad habrá momentos de drama, peleas constantes, decepciones e, incluso, algunas traiciones. Sin embargo, cuando finalmente termine, habrás aprendido que debes conocer muy bien a las personas antes de entregarles tu amor.
Y, finalmente, sin buscarlo, llegará a ti el amor maduro. Será esa persona que se convertirá en tu compañero, tu mejor amigo, tu cómplice y quien ya no te hace sentir las “mariposas en el estomago”, sino que te hace querer ser mejor.
Será con quien te sientas independiente, pero al mismo tiempo acompañada, con el alma llena de paz y con una sonrisa eterna. Será esa persona que aunque no le guste bailar, lo hará porque es contigo y nadie más.
Sí, habrá discusiones, pero no serán graves porque juntos buscarán darle una solución. Es ahí donde decidirás formar tu hogar, con el que te verás envejeciendo y siendo feliz.
Es probable que este último amor no sea nada como el que imaginaste cuando eras pequeña. Tampoco tendrá las características que buscaste durante años, no tendrá el físico impactante ni vendrá del lugar que creíste. El destino se encargará de juntarlos un día y cuando llegue el momento, lo sabrás.
No será quien creías que era el amor de tu vida, pero está bien. Al final, solo mereces ser feliz con un amor sano, maduro, justo y que te complemente.