Existen parejas que, con solo verlas, transmiten un amor que parece perfecto, ese que se muestra en las películas románticas o las telenovelas, de los que se piensa que la realidad supera a la ficción.
Sin embargo, sucede que en ciertos casos repentinamente llega la separación, por lo que surge la duda de si la “pareja perfecta” existe.
Miren Larrazabal, autora del libro The Secrets of Enduring Love: How to Mare Relationships Last, estudió a cuatro mil parejas de Reino Unido para determinar qué era lo que hacía que su relación funcionara y llegó a la conclusión de que la duración es resultado de la capacidad de comunicación y resolución de conflictos.
La mayoría de las personas pensamos que con el amor basta, pero no es cierto, el amor no es suficiente para convivir. Hacen falta habilidades de convivencia, esto es lo que va a generar la satisfacción y el bienestar de la pareja, algo que tiene poco que ver con lo que la gente entiende como ‘pareja ideal’.
Larrazabal afirmó que a la pareja perfecta hay que cambiarle el nombre por el de consciente o compatible (si hay metas parecidas, planes a futuro, encontrar un punto en común) y que existen personas que aunque son compatibles pasan por momentos que pueden modificar su comportamiento.
Si ambas personas llevan años sincronizadas y de repente sus rutinas cambian drásticamente, como cuando ya no tienen tiempo en común, esto puede crear un problema que hay que saber gestionar y es más difícil solucionarlo si la relación se basa en el amor romántico.
Según la ciencia, el amor es un proceso neurológico que se produce en el cerebro cuando libera diferentes sustancias.
Expertos en psicología afirman que la media naranja es producto de la mercadotecnia, y detallan que “los seres humanos son imperfectos y están en continuo crecimiento y nadie puede satisfacer a otra persona al 100 por ciento”.
Ciara Molina, en su libro Emociones expresadas, emociones superadas, explica que hay dos factores a tomar en cuenta cuando una pareja se enamora: el físico y el psicológico. El primero abarca la actividad cerebral y de las hormonas; el segundo es el que analiza si la persona por la que hay una atracción es un buen complemento.
Cuando el enamoramiento inicia predomina la parte química, mientras que al transcurrir la relación se va observando si el otro encaja con los valores, las creencias, las necesidades o los gustos propios.
Un análisis de la Universidad de Montreal reveló que el amor se localiza en un área del cerebro asociada con las adicciones a las drogas, algo que respaldan investigadores de la Universidad de Oxford, quienes señalan que tanto el amor como las drogas llenan al cerebro de dopamina, lo que desencadena un círculo vicioso de euforia, deseo y dependencia.
En conclusión, tener expectativas de amor irreales genera frustración. Es recomendable encontrar a una persona con la que se tengan tiempos definidos, exista una buena comunicación, respeto, confianza y la determinación para resolver problemas.