No cabe duda de que dormir en pareja supone expectativas y realidades. Puede ser que en el día la química sea al 100, pero a la hora de compartir cama, cobijas y almohadas, comiencen las complicaciones: uno ronca, el otro habla; uno se mueve por todos lados, el otro permanece quieto; uno acapara todo el espacio disponible, el otro busca cercanía física; etcétera.
Por eso, el sitio Swimmingly ha creado ilustraciones que nos revelan las ocho mejores y peores posiciones para dormir; cuatro son las ideales o al menos las que se acercan al ideal romántico que tenemos, y las otras cuatro… será mejor que las evitemos.