Nadie nunca ha sido más consciente de la capacidad que tiene el corazón para producir dolor físico, que alguien que ha sido engañado.
Cuando eso ocurre, sientes una angustia tan real que te hace sentir como si te faltara el aire, y la única posición posición que puede adoptar tu cuerpo es la de un ovillo en el suelo. Experimentas ese tipo de dolor que se extiende por todo el cuerpo; que se filtra a través de los ojos, se derrama por la nariz y llega hasta la boca, obligándote a saborear de nuevo el dolor. Y ese dolor te cambia.
Al igual que un hueso roto, se cura con el tiempo, pero las cicatrices nunca se irán. Recordaremos el dolor cada vez que miremos hacia atrás, cada vez que pensemos en quien nos traicionó y en cómo fue capaz de hacerlo. Nuestras heridas se pueden curar, pero nunca se olvidarán.
Sin embargo, el hecho de que no puedas olvidar no significa que no puedas seguir adelante. Aunque el engaño se sienta como algo que casi te mata, siempre recuerda la frase que muchos suelen decir: “Lo que no te mata, te hace más fuerte”. Y esto no sólo es un viejo dicho para que te sientas mejor: es la verdad. Cuando el corazón se rompe, queda en mil pedazos, pero con el tiempo, mientras poco a poco va sanando, se volverá más fuerte. Puedes estar en cama durante meses, pensar en tus heridas durante años, pero un día, te sentirás mejor y tu corazón habrá sanado.
Sólo quien ha experimentado un dolor tan profundo, tan emocional, puede convertirse en una persona más fuerte y más estable.
Si bien nunca se debe desear la infidelidad a nadie, y menos a ti misma, no debes someterte ante ella. Porque, como en todo trauma difícil en la vida, hay lecciones que aprender. Quizá una infidelidad sea lo mejor que te puede pasar, ya que te enseña más cosas de las que la mayoría de las personas aprenderán en el curso de la vida. Cosas como las siguientes:
1. Las personas no siempre pueden decirte cómo se sienten, pero te lo demuestran
No se puede confiar sólo en las palabras. Pueden ser tan vacías como las personas que las dicen. Una de las lecciones más extraordinarias de ser engañada incluye el comprender que las personas mienten. Las personas engañan; ponen trampas. El hecho de que alguien te diga que te ama, no quiere decir que en realidad lo sienta. Es sólo a través de las acciones que podemos medir los verdaderos motivos y sentimientos de los demás.
Aprender a juzgar a los demás por su manera de actuar, en lugar de guiarte por lo que dicen te ahorrará años de malas interpretaciones y de vivir como si estuvieras en un continuo juego de adivinanzas.
2. A veces, el destino toma las mejores decisiones para nosotros
Es posible que hayas amado a esa persona, pero eso no significa que estaban destinados a estar juntos. Aunque a nadie le agrada la idea de ser engañado, a veces es un curso de acción que es necesario en una relación que debe terminar.
Fue el destino el que quiso que lo encontraras o que te enteraras y, a veces, siendo engañada, te enseña que todas las cosas tienen una razón de ser. Al final, no hay realmente nada que puedas hacer porque todo pasa por una razón.
3. La primera persona a la que debes amar en la vida es a ti misma
Una vez que ya has experimentado el dolor que alguien puede hacerte sentir y la sensación de pérdida que le sigue, entiendes la necesidad de amarte a ti misma antes que a cualquier otra persona. No hay manera de superar el dolor de perder a alguien que amabas —o que pensabas que amabas— si no empiezas por quererte a ti misma.
Necesitamos nuestro amor propio más que cualquier otra persona, y ser engañada nos enseña que la relación más importante que debemos tener —y por supuesto, la más duradera— es con nosotras mismas.
4. Siempre tienes que estar preparada para lo peor
No debes aislarte de los momentos felices que una relación en pareja te puede ofrecer, pero siempre debes recordar que las personas no tienen el poder para hacerte daño. El amor es, la mayoría de las veces, un juego. Debes jugar con inteligencia, y asegurarte de que no eres completamente vulnerable es importante. Es tan importante cuidar tus propios sentimientos como compartirlos con alguien más.
5. Puedes (y lograrás) superar el dolor
Cuando acabas de romper, los primeros días, semanas y meses, parece que el dolor tiene el poder de matarte. Sientes que en algún momento tu corazón se detendrá para siempre y tus lágrimas te ahogarán. Sientes que tu vida nunca será la misma de nuevo, que ese dolor te acompañará para siempre. Pero, poco a poco, con el tiempo, todo empieza a sanar y entonces entenderás que nada es para siempre, ni siquiera el dolor.
6. La confianza es algo que las personas deben ganarse
Crecemos creyendo que las personas siempre son buenas, hasta que la vida nos obliga a ver que no siempre es así. No es hasta que las personas nos hacen ver que estamos equivocados, cuando entendemos que no todo el mundo es de fiar. La confianza es algo que los que no han sufrido otorgan gratuitamente, pero sólo quienes han sentido el dolor de una traición saben que la confianza es algo que se debe ganar.