Sí, a todas (la mayoría por lo menos) nos gusta estar en una relación. Queremos amor y compartir la vida con alguien, pero a veces sucede que nos contradecimos. Cuando tenemos una oportunidad de conocer a alguien, saboteamos cualquier posibilidad de conocerle a fondo, nos rehusamos a dar un poco de atención y muchas veces parece que hacemos lo posible para que las personas salgan corriendo.
Y es que, como el resto de los mortales comunes y corrientes, no somos expertas en relaciones y es muy fácil cometer errores bastante incómodos. ¿Podemos evitar ser torpes? Sí, y lo primero es saber qué es lo que estamos haciendo mal para poder cambiarlo. Dejemos de tratar e identifiquemos las maneras en las que echamos a perder algo antes de que comience.
1. Nos aferramos a lo conocido, aunque no sea lo mejor
Es común que no nos demos cuenta y terminemos hablando del pasado como si parte del presente: la ex pareja no deja de llamar, la deuda que nos persigue, nuestra incapacidad de comprometernos. Todas estas situaciones que traemos de vuelta sólo hacen que la otra persona se de cuenta de quienes somos en realidad, de dónde venimos y en realidad es una forma de darnos una oportunidad de re iniciar el marcador desde cero y comenzar nuevamente.
2. No contestamos los mensajes para no parecer desesperados
La creencia de que lo mejor es no contestar sino hasta pasados dos días en realidad no te hace más deseable, más bien te vuelve invisible. Es difícil que un chico te crea inalcanzable y entonces se esfuerce por alcanzarte; es más probable que piense que en realidad no vale la pena insistir con alguien que no muestra interés. Hay un nivel básico de respeto que se debe conservar cuando se inicia una relación, y el ignorar al otro por cualquier medio es muy rudo y grosero.
3. Vivimos en el drama
A veces estamos tan hambrientos de atención y cariño que hacemos drama sólo para tener algo por qué ponernos emocionales, algo de qué arrepentirnos o qué cuidar. Sin embargo, lo que en realidad hacemos es esforzarnos con cada centímetro de nuestro ser en parecer dementes, peleando por nada porque estamos desesperados por lo que sea.
4. No dejamos el pasado
Vivimos en una constante preocupación entre lo que pasará y lo que sucedió, tanto que no nos damos cuenta de lo que sucede aquí y ahora. Entre más tiempo pase nuestra mente en el pasado, menos conectados estamos en el presente; las citas son saboteadas por mentes distraídas y las relaciones terminan mucho antes de iniciar. Debemos dejar de vivir en el pasado si queremos tener el presente que merecemos.
5. Engañamos antes de que nos engañen
Tenemos un instinto de defensa tan desarrollado que a veces terminamos por matar cualquier posibilidad de romance antes de que el amor nos aplaste. Así que asumimos que nos mentirán y mentimos antes; conocemos personas con las que sabemos que no funcionarán las cosas y seguimos tratando a ex parejas que ya no tienen nada que hacer en nuestra vida sólo para no asumir la responsabilidad de tomar una decisión.
6. Nos emborrachamos para aliviar la presión
Antes de la cita, tomamos un poquito sólo para aliviar la tensión, y al final todo sale mal porque sólo logramos que descubra nuestra peor cara mucho demasiado pronto. De cualquier forma, en algún momento va a suceder, pero ¿qué necesidad de que sea al principio?
7. Decimos todo, menos lo que en realidad queremos decir
Es todo un misterio cómo podemos sostener aún conversaciones, tomando en cuenta que siempre decimos cualquier cosa menos lo que en realidad queremos expresar, y en cambio, hablamos sobre lo que no queremos decir, todo lo que sabemos que no es prudente mencionar de entrada. Todo lo que realmente importa, como la forma en al que te sientes y lo que quieres decir, parece nunca encontrar una salida.
8. Tenemos expectativas sobre el sexo
Ponemos mucha presión en el tema sexual y el orgasmo, tanto que al finar terminamos por fastidiar todo, incluidos nosotros; o tenemos una mala primera experiencia y mandamos todo al carajo porque si eso no funciona, entonces nada vale la pena. El sexo no es perfecto, ni tú. Todas esas imágenes que tenemos gracias a las películas en las que las parejas estallan de placer apenas se miran a los ojos, son mentira: entre más busques noches espectaculares entre las sábanas, la expectativa hará que te vayas quedado a solas.
9. Investigamos más de la cuenta
El que busca encuentra, eso es un hecho. No hay nada qué investigar que no puedas preguntar primero al otro en persona. Además, ¿cual es el punto de salir con alguien de quién ya conoces casi todo?
10. Mentimos para parecer agradables
¿Cómo podemos iniciar algo real si mentimos desde el principio? Estar enamorado de otra persona y estar en una relación es una de las experiencias más reales, abiertas y honestas que cualquier humano puede tener, y aferrarse a una mentira creyendo que jamás saldrá a la luz