Muchas veces creemos merecer las sobras de amor que nos ofrecen; otras, nuestra desesperación nos lleva a aceptarlo. Sin embargo, esa clase de amor no nos llena, no nos hace mejorar como personas y no trae nada positivo a nuestras vidas. Pero un amor entero, el amor que merecemos, nos hará sentirnos completas, seguras y llenas de felicidad.
Pero ¿cuál es el tipo de amor que merecemos? Quizá aún no lo tengas claro debido a todos los tropiezos que has enfrentado. Por eso estas palabras te ayudarán a retomar todo aquello que realmente buscas en el amor… y pocos nos atrevemos a pedir. El amor que yo merezco no debe tener miedo de conocerme en los malos momentos; debe ser alguien que me escuche cuando necesito desahogar mis penas o, simplemente, compartir mis logros.
También merezco un amor que me ame todos los días, que me enamore con cada acto, que no le avergüence tomarme de la mano o besarme frente a los demás. Un amor que simplemente disfrute estar a mi lado a cada momento, que me acompañe a donde quiera ir y que me deje acompañarlo a donde él vaya; que sea diferente a mí, pero que también compartamos gustos e intereses.
Merezco un amor que no tenga que perderme para poder extrañarme, sino que me extrañe todos los días, cada vez que nos despedimos, y que al volverme a encontrar me reciba con un fuerte y cálido abrazo.
Merezco un amor lleno de detalles y con esto no me refiero a estar llena de lujos y regalos en toda ocasión. Me refiero a esos detalles que jamás se olvidan: una llamada inesperada, un mensaje de buenos días o, tal vez, de buenas noches, una carta, una canción, un momento a solas. Esos detalles son los que realmente nos llenan de amor.
Merezco un amor tranquilo al que le guste disfrutar de una puesta de sol, pero que de vez en vez no tema hacer locuras; alguien que esté dispuesto a escribir una historia junto a mí.
Merezco un amor que sepa valorar cada gesto, cada acto, que me ayude a superar mis miedos, que sepa que no soy perfecta, pero que reconozca que siempre doy lo mejor de mí cuando de amar se trata, y que pueda ser él mismo sin temor alguno.
Merezco, simplemente, un amor entero, alguien de quien no tenga que recoger sus pedazos rotos, que no crea en una relación perfecta, pero sí en el amor entre personas; que esté dispuesto a luchar para sostenernos juntos… y que me ame como yo lo haré.