Hay quienes buscamos algo más que dinero, lujos, viajes y detalles costosos; simplemente buscamos un amor real, que sepa apreciar lo que tiene enfrente.
En la vida hay distintas clases de chicas, aquellas que gustan de regalos costosos, una salida en un Mustang del año o a un restaurante de lujo; y hay quienes buscamos algo más: a alguien que te ame irremediablemente.
Sé que los príncipes azules están extintos, así que tampoco espero que alguien me suba a un pedestal o me haga una reverencia cada vez que estoy enfrente. Soy de las que piensa que los hombres perfectos no existen, simplemente espero a alguien que pueda darme lo que merezco y a quien yo también pueda respetar y valorar.
Definitivamente no soy la persona que se contentará con un ramo de rosas, o una joya ostentosa. Las cosas simples son las que pueden hacer felices a mujeres como yo. Una conversación sincera, una tarde de películas, una cena sencilla pero cálida. Soy de las que prefiere caricias y sonrisas. De las que antepone el amor al dinero, porque el dinero se esfuma y el amor, cuando es real, permanece.
No me interesan los lujos. No me interesa ir a un lugar caro cada día. Prefiero que me ames como soy, con mis defectos y virtudes. Que estés conmigo en las buenas y en las malas. Que me ames pese a todo, incluso en aquellos que parecieran malos momentos, porque es en realidad cuando más se necesita.
Definitivamente no creo en las historias de Disney, ni en los cuentos de hadas. Sé que nadie es perfecto, que ni si quiera la vida lo es.
Creo que lo verdaderamente admirable es aceptar a una persona por lo que es, aceptar que puede llegar a cometer errores. Así me gusta, así lo hago y así espero que me ames.
No necesito a una persona que pertenezca al mundo ni que me diga todo lo que podrá regalarme. Necesito a una persona que decida quedarse a mi lado, alguien que entienda que el amor se construye cada día, con detalles, besos, caricias; pero sobre todo con sonrisas compartidas.
Si eres esa clase de hombre, estoy segura que no serás el hombre perfecto para el mundo, pero al menos lo serás para mí. Y eso me basta para ser feliz.
“No quiero lujos, sólo te quiero a ti”.