A veces es necesario decir adiós y darse cuenta de que lo mejor es parecer una persona cobarde por abandonar lo que se está haciendo o con quien se vive, que seguir tratando de que funcionen las cosas y desgastarse física y anímicamente.
Lo más importante es saber que poner un punto final puede ser difícil y doloroso, pero por salud y amor propio es necesario y más aún si la situación tiene más negros que blancos y colores. Así lo cuenta una chica que tuvo el valor de dar un paso en otra dirección…
Darte por vencido no siempre significa cobardía. Darte por vencido no siempre lleva la etiqueta de miedo, sino que darse por vencido muchas de las veces demuestra inteligencia, demuestra amor por ti mismo, demuestra lo mejor para ti. Este es mi caso. No me alejo de ti porque tenga miedo de seguir, no es porque sea cobarde, sino porque es la mejor solución y porque sé que es la mejor decisión que puedo tomar. Sé que estando lejos de ti podré dar vuelta a la hoja y comenzar de nuevo. Podré escribir mi vida con mi propia letra y con mis propias ideas.
Entendí que debo encontrar la manera de seguir mi camino y buscar ser feliz. Comprendí que lo mejor es estar lejos de ti para que nunca puedas volver a tocarme y lastimarme. No me gusta estar lejos, debo admitirlo, pero tampoco quiero seguir soportando el dolor y el daño que provocas en mí con cada una de tus hipocresías. Ya no quiero estar a tu lado para que me sigas pisoteando de la misma manera como lo has hecho hasta el momento. No soy cobarde lo sé, y creo que no me interesa lo que puedas decir de mí. Yo sé que no soy cobarde porque si lo fuera no hubiera soportado todo lo que soporté a tu lado. Yo sé que no soy cobarde y es lo único que importa.
También sé y estoy consciente de que estar lejos de ti por un tiempo me dolerá y por un tiempo no soportaré las ganas de seguir a tu lado; no podré soportar las ganas de ir a buscarte y tratar de remediar las cosas. Pero debo ser fuerte y, sobre todo, encontrar la manera de que esas ganas pueda cubrirlas por mí misma. No quiero seguir sintiendo dolor y mucho menos quiero seguir sintiéndolo a pesar de que ya esté lejos de ti.
Será difícil y no sé cuánto tiempo deberá pasar para que yo pueda superar lo que pasó entre nosotros dos. No sé cuánto tiempo tenga que pasar para que mi corazón pueda sanar y cicatrizar las heridas que dejaste en mi pecho. Lo único que sé y quiero saber es que estaré lejos de ti y que no volveré a permitir que estés cerca de mí para lastimarme y recordarme lo desdichada que he sido en tu vida. Recuerdo que hubo algunos momentos felices entre nosotros dos, son tenues y un poco borrosos porque lamentablemente los recuerdos amargos no permiten que pueda visualizarlos y admirarlos para que me hagan sentir un poco mejor. Lamentablemente, los recuerdos malos son los que gobiernan mi corazón y mi mente, son ellos los que me han convencido de seguir mi camino, de seguir caminando sin parar hasta que ya no pueda mirarte, hasta que me pierda en el camino y no pueda regresar a tu lado jamás.
Es momento de decirte adiós para comenzar una nueva vida, una nueva oportunidad de encontrar mi felicidad y preocuparme solo por mí.