A menudo pasamos por alto a quienes más merecen nuestro amor y afecto. Pero para ser justas, no siempre somos conscientes de que los tenemos enfrente. Las personas entran en nuestra vida sólo para luego dejarnos, antes o después. Algunos se quedan por años, otros durante décadas, algunos por minutos y horas. Y entonces, tenemos muy pocos con los que nos quedaremos toda la vida.
Muchos tenemos la suerte de tener padres que permanecen con nosotros gran parte de nuestra vida; tal vez hermanos, o primos. Luego están aquellos de nuestros amigos íntimos que han estado con nosotros en las buenas y en las malas, amigos que con frecuencia no distinguimos de la familia. Sin embargo, cuando se trata de una pareja, parece que valoramos más lo novedoso que la lealtad y la dedicación. Al igual que con todas las cosas buenas de la vida, si le das importancia a las cosas triviales, llegas a lamentar esas decisiones.
A veces nos encontramos con el amor de nuestras vidas en el momento adecuado, y nos las arreglamos para que funcione. Pero este no siempre es el caso. A veces nos enamoramos de alguien que ha estado en nuestras vidas por años: un viejo amigo, un antiguo novio… Sea quien sea, quizá descubramos que él es una presencia constante y valiosa en nuestra vida.
Te ha amado durante mucho tiempo
Puede que no se hayan amado románticamente, pero él está intrigado por la idea. O tal vez siempre te amó con cada pedacito de su ser. Tal vez se enamoró de ti y no podía conseguir dejar de amarte. Intentó una y otra vez, pero nunca fue capaz de encontrar a una mujer que lo hiciera sentir tan bien consigo mismo.
Este es el más profundo de los amores. Si él te ha amado durante años y años, y no ha sido capaz de dejarte de lado, eso es amor. El amor resiste el paso del tiempo, crece y cambia. A menudo pierde su intensidad, su ingenuidad y luego se convierte en algo más completo.
Alguien así nunca te abandonará. Te has convertido en una gran parte de su vida. Incluso si han pasado los años y han vivido en mundos separados, nunca perderá la parte de ti que lleva con él. Si éste no es el tipo de hombre que estás buscando, entonces estás un poco desorientada.
Él te entiende…
La mayor parte del mundo vive en un caos debido a la falta de comunicación que prevalece. La gente tiene largas conversaciones, debates, todos los días, sin que se entiendan unos a otros. Y con las parejas no es la exepción: muy raramente se entienden entre sí, y por lo general, cuando se entienden lo suficiente, no les gusta lo que entienden.
Pero no con él. Te ha conocido desde hace tanto tiempo que te entiende a menudo mucho mejor de lo que te entiendes a ti misma. Él ve tanto lo que no deseas ver como lo que no eres capaz de ver. Tus defectos, todas tus debilidades, pero también tu belleza y tu fuerza. Él te ve y te entiende.
Si todavía no has experimentado este nivel de comprensión, tienes qué hacerlo. Créeme, lo sabrás cuando te pase. Es la cosa más rara, pero cuando encuentras a alguien que te entiende en tus niveles más profundos, de alguna manera lo entiendes tú también a él de la misma manera.
… Porque él te esperó
Han vivido su vida desde aquel momento en que él se enamoró de ti, pensando en ti. No es que él haya vivido para ti: ha vivido para sí mismo, pero te ha visto en casi todo lo que has hecho. Sus vínculos están presentes en sus mejores recuerdos, y da la casualidad de que en la mayoría de esos recuerdos, ahí estás.
La paciencia, sin duda, es una virtud, pero esto no tiene nada que ver con la paciencia. De hecho, hubo momentos en los que sin duda se quedó sin paciencia y lloró sintiéndose incapaz de manejar la realidad. Él esperó porque no tenía otra opción.
Esperar no significa necesariamente sentarse con los brazos y piernas cruzados. No importa lo que hizo en la vida, con quién salió, de quién se enamoró, siempre estabas ahí en su corazón. Es cuando el corazón espera, cuando se niega a dejarte ir, cuando sabe que ha encontrado algo real.
Y si ocurre que un día tu corazón o tu mente –en realidad es todo tu ser– decide que era demasiado increíble para dejarlo ir, lo más probable es que sientas lo mismo, o podrías sentir lo mismo si te lo permitieras.
A veces, damos por sentado que no es la persona correcta; nos hacemos fuertes para olvidar y seguir adelante. Otras veces, es demasiado el miedo para ver y actuar con sensatez frente a lo que está justo delante de nuestros ojos.
Esta es tu historia. La escribes sobre la marcha. Cómo termine, depende de ti, pero los finales felices toman tiempo para ser creados.