No soy una chica a la que le gusta darse por vencida. Si en algún momento tropiezo, me levanto, y esa es una promesa que me hago a diario. No soy la clase de mujer que se rinde ante los gritos de cualquier persona, y jamás agacho la cabeza. Afronto los problemas, me arriesgo y, generalmente, gano.
Nunca me he sentido intimidada por algún hombre que muestre poder, ni por una chica extremadamente atractiva, porque la belleza se lleva en el interior y no en el escote.
Siempre digo lo que me gusta y lo que no. Si deseo llorar, lloro un mar completo, y si río lo hago porque lo disfruto. No soy de las que acepta un termino medio, porque la vida no sólo se respira: se vive completamente.
Por eso yo quiero a alguien que me ame completamente, porque yo no entrego migajas. Soy una romántica, enamorada del amor, pero nunca he esperado al príncipe azul. Yo espero al hombre que aún siendo imperfecto encaje en mis ideales y se vuelva perfecto ante mis ojos. Quiero sentirme libre estando acompañada; que me llenen de amor y detalles. Quiero un amor sin hipocresías.
Tengo una buena memoria y recuerdo cada detalle del día en que dí mi primer beso, la noche en que dije mi primer “te amo” y la primera vez que alguien me hizo daño. A pesar de todo, siempre perdono, porque no soy fanática de dañar a los demás, como cualquier otro pensaría. Cuando tengo que ser fuerte me limpio las lágrimas del rostro y continúo para dejar de lado todas las tonterías que me lastiman.
Como dije, soy de las que trata de levantar la voz frente a las injusticias. Y nunca intento ser la chica tonta que se ríe para agradar o que usa una minifalda para causar impacto, porque confío más en mi inteligencia que en el atractivo. Tampoco me da miedo hablar de sexo. Pero también soy una chica con complejos, que tiene miedo a lo desconocido. Ha habido momentos en los que estoy llena de ira. Otros en los que me invaden el llanto y la felicidad.
Esta es mi personalidad. La que me hace ser única. Y yo soy una chica que puede ser compleja pero no se da por vencida nunca. Una que piensa encontrar un amor completo porque no sabe amar a medias.