Nunca sabrás que me gustabas porque siempre tuve miedo de lo que sentías por mi. Me negaba a revelar mis sentimientos por miedo a que no fueran correspondidos. En lugar de es, trataba de saber qué harías hoy, qué mensaje mandarías, de saber si te gustaría cómo me veía.
Nunca sabrás que me gustabas porque me aterra salir herida. Cada vez que me encontraba más cerca de ti, daba un paso atrás, temerosa de lo que pudiera suceder. No sé si me asustaba más que pudieras rechazarme o empezar una relación real contigo, pero eso ya no importa.
Nunca sabrás que me gustabas porque mi idea de ligar es tan sutil y delicada que siempre lo viste como una amistad. Cada vez que te sonreí o tomé la iniciativa de enviarte un mensaje primero pensaste que estaba siendo amable. Nunca pudiste darte cuenta que buscaba algo más que una amistad. Mucho más…
Nuca sabrás que me gustabas porque traté de convencerme una y mil veces que no era así, que no sentía nada por ti. Me negaba a sentir algo hasta que me di cuenta que no podía arrancarte de mis pensamientos.
Nunca sabrás que me gustabas porque en lugar de llamarte y decirte lo que sentía, llamaba a mis amigas para decirles lo estúpido que eras, escribía poesía o escuchaba música que me recordaba a ti. Pero nunca consideré la posibilidad de decirte cómo me sentía, ni si quiera una vez.
Nunca sabrás que me gustabas porque no quería que te sintieras confundido acerca de mis intenciones. No quería que te acostaras conmigo y me dejaras a la mañana siguiente creyendo que buscaba una aventura contigo. No quería convertirme en la chica de esa noche o en otro nombre en tu lista de teléfonos.
Nunca sabrás que me gustabas porque disfrutaba nuestras tontas conversaciones, ese ir y venir de nuestra amistad, las bromas. No quería arruinar eso que teníamos por algo que ni si quiera sabía si sería mejor.
Nunca sabrás que me gustabas porque he conocido otros como tú. Sabía que no tenía oportunidad. Antes de intentarlo, me di por vencida cuando ni siquiera había comenzado la carrera. Dejé el lugar para que alguien más lo ocupara porque prefería perder ahora que rendirme más adelante ante el fracaso.
Nunca sabrás que me gustabas porque eres demasiado ciego para verlo. Aunque me hubiera atrevido a confesar mi atracción por ti, no te hubieras dado la oportunidad de estar conmigo, o quizá si, quizá todo este tiempo he estado equivocada y esa es la razón por la que no estamos juntos.
Ese es el problema, no estamos juntos y no sé si algún día lo estemos, así que aprenderé a vivir sin ti. Tengo que hacerlo, porque aunque me mata estar lejos de ti, no te das cuenta cuanto te quiero.