La mayor parte de las veces recordamos con cariño a quien fue nuestro amor de preparatoria. Piénsalo: es en esos años, cuando eres adolescente, que el amor de pronto se convierte en uno de los ejes de la vida, y los primeros romances se viven con una intensidad que pocas veces se repite.
A pesar de que algunos dicen que los amores de juventud no prosperan con el paso del tiempo, hay varios ejemplos que refutan esa idea y numerosas razones –de las cuales te presentamos 15– por las cuales los matrimonios de quienes se casan con su amor colegial perduran.
1. Comenzaron a salir en la etapa más extraña de sus vidas
Se enamoraron en la época de los brakets, los experimentos en el maquillaje, los brotes de acné y la ropa a veces poco favorecedora pero que estaba de moda.
Si así se gustaron, están hechos el uno para el otro.
2. Están ahí para ver lo lejos que llegaron
Se han visto uno al otro graduarse de bachillerato, pasar por esa especie de limbo pre-universitario, superarlo, graduarse de la universidad y entrar a la madurez. Ahora pueden admirar lo mucho que han progresado desde que eran adolescentes.
3. Se entienden tan bien que a veces las palabras son innecesarias
Se conocen desde hace mucho tiempo y saben las experiencias por las que han pasado entre la adolescencia y la vida adulta, así que cuando uno de los dos pasa por tiempos difíciles, ni siquiera es necesario dar explicaciones. La otra persona simplemente lo entiende.
4. Sus bases son tan sólidas como para enamorarse de nuevo
Cada relación tiene sus altas y sus bajas, y cuando se encuentran en un punto bajo es bueno saber que tienen una base firme.
5. Y reconciliarse cuando pelean
Las peleas y discusiones son inevitables en cualquier relación, pero es bueno tener una historia fuerte y saber que a pesar de cualquier descuerdo, el amor prevalece.
6. Saben las peculiaridades de cada uno
Saben cuándo están realmente bien y cuándo están molestos porque su comportamiento y lenguaje corporal son tan familiares para ambos como respirar.
7. Tienen muchísimos recuerdos compartidos
Cuando platican sobre algunas de sus mejores experiencias de cuando eran chicos, se entienden de inmediato porque ahí estuvieron ambos.
8. Han aprendendido cómo balancear la relación con otros aspectos de la vida
Saben que no pueden (y no es sano) estar todo el tiempo con el otro, y ya son expertos en balancear el trabajo, los amigos y la familia con el amor.
9. Entienden que las personas cambian en las relaciones
Comenzaron a salir en la adolescencia, así que es obvio que son personas totalmente diferentes ahora. Estar con tu amor de preparatoria te ha enseñado que tienes que ser adaptable en las relaciones porque sus personalidades, sus deseos y sus necesidades han ido cambiando con el tiempo.
10. Es probable que ya hayan pasado por los tiempos difíciles para permanecer juntos
En algún punto todas las parejas tienen que sentarse y acordar sobre lo que desean, a dónde quieren que vaya la relación, qué tan listos están para el compromiso, etc. Ya lo hicieron cuando entraron a la universidad y también cuando entraron en el mundo real, así que aunque siempre habrá mucho en qué trabajar y platicar, ya cubrieron una buena parte.
11. “Primer amor” es sólo una de las muchas cosas que son uno para el otro
También son almas gemelas, mejores amigos, la persona a quien siempre acuden, porristas del otro, apoyo incondicional, soporte espiritual, compañeros. Este tipo de lazos no se crean tan a menudo.
12. Su familia es también la familia del otro
No hay más intercambio de frases de cortesía y bromas ligeras. Sus familias los han llegado a conocer tan bien que ahora ya son uno más del clan.
13. Si tienen una canción especial, seguro es un viaje al pasado
Algo como “Linger” o “More than words”. ¡Uff!
14. La mayoría de sus amigos son compartidos
Eso es algo genial. Siempre están felices de apoyarlos y celebrar fechas especiales y darles el apoyo que necesiten, porque en este punto tu pareja forma parte total de tu mundo como tú del suyo.
15. Ha estado ahí para ti desde el principio
A estas alturas ya no queda duda: siempre estarán el uno para el otro, a pesar de lo que sea.