Si bien el matrimonio es difícil, ahora trata de imaginar cuando a la rutina de una pareja llega un bebé, entonces la relación de inmediato adquiere un nivel mayor de dificultad. La atención completa se centra en el arribo del nuevo miembro de la familia, sus cuidados y necesidades, así que el tiempo que ambos compartían juntos pasa a un segundo plano, pero ¿qué tan saludable es para la relación?
Sumado al trabajo diario dentro y fuera de casa, poco a poco todo puede llegar a debilitarse; sin embargo, existe una solución: tener una cita por lo menos una vez a la semana. Esto no solo ayudará a que las parejas se fortalezcan sino también hará que los niños crezcan con la imagen de una familia unida y amorosa. Si estás en una pareja que inicia con todo este proceso, aquí están algunos tips que pueden ayudarlos a mejorar.
1. Tengan citas sin niños (sí, nos referimos a todos los niños)
Dejar a los pequeños encargados para poder salir es complicado, pero nunca imposible; además, los abuelos son esas personas que siempre estarán felices de pasar tiempo con ellos. Una vez que encuentren dónde dejarlos, es momento de salir. Visitar un restaurante, ir a un concierto, caminar por la ciudad a tomar un café… en fin, cosas distintas a las que siempre hacen con los niños. También es importante que visiten lugares que no son concurridos por niños y especialmente no toquen el tema de la paternidad; hablen de sus sentimientos y los planes que tienen para el futuro, incluso contar un chiste es buena opción.
2. Hagan que sus noches sean especiales
El primer año con un bebé es el más complicado, pero después tendrán la oportunidad de dormir noches completas. Usen ese tiempo para hacer las labores del hogar juntos, platiquen, vean una serie, organicen la lista del supermercado… cualquier actividad es buena para conectarse de nuevo.
3. Traten de escaparse un fin de semana
Si existe un familiar o niñera dispuestos a cuidar a los niños todo un fin de semana no lo piensen dos veces, hagan las maletas y elijan un destino al azar para disfrutar de unas pequeñas vacaciones. Esto mejorará visiblemente su estado de ánimo y hará que los niños estén felices de ver a sus padres relajados.
4. Como pareja tienen que ser una prioridad
Esto no quiere decir que dejarán de lado la responsabilidad de la paternidad, pero también tienen que descubrir que la vida en pareja es un proyecto de largo plazo al que se le debe dedicar tiempo y mucho trabajo. Al final los niños crecen y se van, pero las parejas se quedan juntas.
5. Hablen mínimo 20 minutos diarios
No se trata de dejar de atender a los hijos, sino de cambiar un poco la rutina para que todo mejore. Hablar es quizá una muy buena terapia, porque es la manera en la que pueden expresar sus inquietudes sobre temas personales, de pareja o familia. Hablar de lo que sienten facilita la convivencia y hace que todos los problemas sean más llevaderos.