Ha pasado mucho tiempo desde tu última relación y sigues sola, la gente ha comenzado a cuestionarte y hasta a presionarte para que encuentres a alguien más. Pero tú sabes qué es lo que realmente quieres y necesitas, no puedes ni debes salir con alguien que no te llena solo por el hecho de tener una pareja. A pesar de lo que puedas pensar, la soledad es muy buena, te ayuda a entender qué necesitas y qué es lo que realmente quieres en tu vida.
Por eso espera a que llegue un hombre valiente que esté dispuesto a mirarte a los ojos y a decirte cuánto le gustas; alguien que alegre tus mañanas con un mensaje de buenos días, que no le tema a las relaciones y no esté indeciso todo el tiempo. Alguien que esté seguro de que te necesita en su vida y que quiera formar parte de tus aventuras.
Espera a ese hombre que valientemente te tome de la mano por la calle y no te suelte, que desee mostrarle al mundo entero cuánto te quiere; que te presente a su familia y amigos y no se avergüence o sienta pena por decir quién eres. Porque eres la mujer que él siempre ha necesitado y buscado.
Es mejor esperar a que llegue a tu vida un hombre que esté dispuesto a cruzar montañas y ríos por ti. Espera por aquel que entienda que eres única, valiosa e irreemplazable; que conozca tus virtudes y tus defectos y los ame por igual; alguien que no intente cambiarte, que sepa que nunca encontrará a alguien como tú.
Espera por el hombre que entienda tus berrinches y tus silencios, que no se vaya dejándote disgustada, que rompa con el miedo de decir que te ama y que no quiere perderte. Espera por ese hombre que te llene de detalles, pero no solo materiales, sino de sorpresas cuando te lleve al parque y de pronto se pongan a bailar sin música, o que te prepare tu comida favorita, o se tome el tiempo de dedicarte canciones.
No pasa nada si esperas a que llegue alguien que no te rompa, que al contrario te impulse a crecer y a ser mejor, que se apasione con sus objetivos, pero nunca te deje de lado, que sepa que ambos pueden luchar por sus sueños juntos, que no se rinda a la monotonía o que te ignore para mostrarte una lección.
Espera por un hombre maduro, que pueda sentarse y contarte sus debilidades para que lo comprendas, que te haga parte de su vida sin limitaciones, que sea fiel y leal, pero sobre todo te respete. Un hombre que entienda que no eres perfecta y que te puedes equivocar cientos de veces, pero que sepa perdonarte, para que juntos aprendan a ser mejores.
Si eres paciente, llegará a ti un hombre con el que los silencios no sean incómodos, con el que podrás sentarte a ver películas y escuchar música, sin necesidad de pronunciar palabras; con solo la mirada entenderán todo lo que quieren transmitirse. Alguien que se ría contigo y acepte reírse de él mismo. Un hombre que sepa cuándo eres honesta y cuándo cuentas pequeñas mentiras. Espera por el hombre que no tenga miedo de pasar el futuro a tu lado y luche para ser mejor de lo que ya es.
Espera por el hombre que sepa entender tu llanto y esté dispuesto a sanar tus heridas, que tenga esperanza, que esté para ti cada vez que lo necesites, que comprenda cuando necesitas soledad, pero que siempre te llame para preguntar si estás bien. Y, por sobre todo, espera por el hombre que te diga que eres hermosa, que te demuestre cuánto te ama, te necesita y lo importante que eres para él.